No hay que perder las buenas costumbres y si, cada año,
al llegar Julio, este viejo gacetillero guardó los trastos y se fue de
vacaciones, en esta ocasión proyecta hacer lo mismo.
Dos temas sugerentes baraja para la despedida, el homenaje
al recién desaparecido Maestro Pedro Morales y el triunfo de la candidatura
continuista en la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, la de los niños del Sábado
Santo.
Don Pedro parecía que iba a durar toda la vida. Y ojalá
que hubiera sido así, si hubiese conservado sus arrestos y esa perenne actitud
de servicio a los demás que caracterizó su existencia.
Nunca negó su ayuda a los que empezaban y más de una
partitura de algún compositor novel se hizo sonido musical audible merced a su
colaboración y su experiencia.
Yo fui detrás de él, como antes había ido detrás de Gámez
la Serna, muchas Madrugadas. No como músico de la marcial e irrepetible banda
Soria Nueve, sino como celador del primer tramo de la Hermandad del Calvario.
Iba el paso de la Macarena. Detrás la banda. Y a continuación yo, pegadito a la
cruz arbórea de mi cofradía.
Cuando los músicos iban dirigidos por Gámez, a lo largo
de toda la calle Sierpes se repetía “Pasa la Virgen Macarena” una vez y otra,
pero omitiendo el suave fragmento final. Supuse que era un deseo del nazareno
diputado de banda. Cuando la formación musical cástrense la heredó Morales, se
alternaba con la hermosa partitura “Esperanza Macarena” que éste le compuso sintiéndose
inspirado en la misma calle.
La Soledad no lleva música, pero ha dejado de ser esa virgencita
triste y sola a la que dedicara el final de su pregón Romero Murube.
Se celebraron elecciones y ha ganado la candidatura que
encabezaba el teniente de hermano mayor de José Ramón Pineda Llorca, artífice,
siguiendo los pasos de su padre, Ramón Pineda Carmona del resurgimiento de la
Hermandad.
De nada han servido a la candidatura perdedora los esfuerzos
desplegados en una campaña previa a las votaciones más propia de
enfrentamientos políticos que religiosos.
El batallón de chiquillos nazarenos que ha convertido
este severo cortejo en un desafío para paveros puede seguir disponiendo de los
mismos acertados cauces que la Junta renovada creó para su formación.
Con esto, cierro y plego. No puedo eludir la invasión terminológica
y me pongo en stand by.