viernes, 30 de noviembre de 2018

CORREOS NO ME AYUDA A VOTAR



Llegaba el tiempo de las elecciones y el buzón engordaba como un comilón al término de una dieta forzada.

Los partidos te enviaban su propaganda y naturalmente la hacían seguir de las instrucciones para votar y de las papeletas de votación para evitarte el trabajo de buscarlas en el colegio electoral y, a cambio, asegurarse el voto.

Y, con anterioridad a todo eso, llegaba la preceptiva comunicación de la Oficina del Censo  con la tarjeta censal en la que figuraban los datos precisos para consumar la votación.

Eso era antes. Faltan horas para que se abran los colegios en esta nueva llamada a las urnas y no he recibido nada de lo que acabo de recordar. Ni yo ni el montón de familias que vivimos en la urbanización a donde trasladé mi residencia cuando me jubilé.

Ayer me desplacé a la oficina de Correos y no supieron proporcionarme ninguna explicación creíble.

¿Es que los partidos políticos se han olvidado de mí?, me pregunto barruntando la tristeza de la marginación.

¿Es que la oficina del Censo electoral ha confundido mi dirección?

Las dos interrogantes que me hago me parecen absolutamente desquiciadas.

Y lo peor es que cosa parecida ha sucedido con todos los que estamos censados en la urbanización, ubicada a la orilla de la población donde hoy habito.

Hay más.

--En mi calle ha ocurrido igual – me dice un vecino cuyo domicilio se halla en el pueblo mismo, con el que coincido cuando visito a mediodía  la Peña del Cid.

O sea que no estamos solos. La anomalía se extiende.

En Salteras. En la Urbanización Virgen de la Oliva que se alza a un kilómetro de su caserío y en el pueblo histórico, en la calle Velazquez, Correos no colabora a las próximas elecciones al Parlamento de la Junta de Andalucía.

No es cosa de culpabilizar. Pero esto es una seria anomalía. Correos es una sociedad de titularidad estatal al servicio de los ciudadanos y se paga con nuestros impuestos.

sábado, 24 de noviembre de 2018

CASADO DEBE EXIGIR DECLARAR EN TELEVISION



Casado y su número dos del actual PP dicen que la aceptación de Sánchez en el tema del Brexit es un error histórico. ¿Por qué no lo dicen en televisión?... El principal partido de la oposición debe tener acceso para un turno de controversia ante la opinión pública en una cuestión tan delicada y trascendente que afecta al futuro de los españoles.

Y si la actual gerencia provisional del Ente Público se lo impide han de requerir con urgencia los medios de reclamación y protesta de que están dotados en democracia.

Paupérrimo rincón es éste para alzar la voz en esta demanda. Debe mover a risa ante la presencia gigantesca del poder invasor en los medios públicos. Pero me quedo muy satisfecho, aunque no tranquilo, procediendo así.

Después de haberlo hecho repaso las últimas noticias y leo:

El secretario de relaciones internacionales de los conservadores, José Ramón García-Hernández, ha apuntado que Sánchez vende "como éxito la declaración política que no es parte del acuerdo de salida ni tiene valor jurídico de tratado".

No es ni Versalles, ni Utrecht, ni Maastricht. Se trata simplemente de una declaración política. Y esto carece del valor jurídico que un entendido en la materia acaba de señalar.

Casado debe aparecer en televisión y decirlo a los españoles.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

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Como el tiempo corre que se las vuela, acabo de comprobar que va para tres meses que no cliqueo ni una sola letra en esta colección de escritos. Así que recompongo el texto perdido con un término que acabo de recoger de las instrucciones de manejo del ordenador: cliquear. Yo cliqueo, tu cliqueas, el cliquea... trabajo les doy a los sesudos académicos que supongo habrán añadido la palabreja a su inventario de vocablos recién estrenados.

Ochenta días sin escribir. Qué descanso para mis sufridos lectores... si es que tengo alguno. Y qué decepción para los gestores de la moderna publicidad que introducían anuncios de coches en mi bitácora sin pedirme permiso ni darme un duro.

Vuelvo al recado de escribir, que ya no es pluma y tinta sino teclado y pantalla y me encuentro con noticias merecedoras de glosas y comentarios. Entre ellas la elección de mi dilecto Paco Vélez al frente del máximo organismo cofrade.

Se acabó el santo martes, me digo. Y se diluye la amenaza de una calle Sierpes sin cofradías por la Carrera Oficial. Pero mucho más espero de este nuevo Consejo al que es lícito atribuir los cristianos deseos de mandar al destierro la fe civil y restaurar la misión que corresponde a las cofradías en los ambientes de la postmodernidad.

Aquí no caben las influencers. Ni las proyecciones de invenciones frívolas y carentes de sentido.

Hace tiempo que repito mi solución para una Carrera Oficial que respete su valor histórico pero se adapte a los tiempos nuevos. La resumo en dos ideas innovadoras: la entrada de las cofradías por la puerta del Príncipe o de San Cristóbal y el doble cortejo para las hermandades con elevado número de nazarenos.

Muchos textos como éste precisaría redactar para exponer ambas modificaciones a la estructura y composición actual del común itinerario cofrade.

Así que, como no quiero cansar, lo dejo por ahora, pero prometo seguir otro día.