viernes, 28 de junio de 2019

LINEAS ROJAS EN LA NOCHE MAS COFRADE



Dos años antes de que la Esperanza de Triana volviera a procesionar en 1889, el Calvario había decidido salir en la Madrugada.
 
Yo escribí una vez que La Madrugada tiene fronteras insalvables y delicadas líneas rojas y puede resultar arriesgado  meter las manos en su estructura. Y recordé que el incansable historiador cofrade Hilario Arenas afirmó que no es tan antigua como algunos creen y que las corporaciones que se entienden más veteranas en ella, el Silencio, el Gran Poder y la Macarena todavía en la nómina de 1806 tenían fijadas sus salidas procesionales al alba… y la Esperanza de Triana tras su aparición en Triana el Jueves Santo en 1797, entró en un periodo de languidecimiento y no volvió a procesionar hasta 1889. (Arenas, Hilario: “La cofradía del Calvario”. El Correo de Andalucía, 22 de marzo de 1986).

Dos años antes de esta fecha, el 14 de marzo de 1887, el Calvario había decidido en Cabildo salir de Madrugada, según puede comprobarse hoy en el Archivo Histórico de la Hermandad donde figura el Acta de ese Cabildo. Y la decisión la  recoge en sus Reglas de 1899 aprobadas, tras el informe favorable del Notario Mayor, por el Provisor y Vicario General el 22 de marzo de ese año, por lo que el orden de las cofradías que hicieron estación de penitencia a la Catedral aquella Semana Santa (la de 1899) quedó establecido de la forma siguiente: Silencio, Gran Poder, Macarena, Calvario, Gitanos y Esperanza de Triana (El documento original de donde tomo estas anotaciones me lo mostró el fallecido y siempre recordado como nazareno ejemplar Eduardo Ybarra Hidalgo).

Luego, de forma definitiva, el orden actual de la Madrugada se configuró en la Semana Santa de 1900.

La situación creada por la resolución de 1899 favorable a la precedencia del Calvario se consolidó finalmente por decreto en 1914 y fue ratificada por nueva sentencia en 1971.  

Tomo estos datos de la importante obra “La Hermandad de los mulatos de Sevilla”, original de Ignacio Camacho Martínez con prólogo del profesor Domínguez Ortiz,  premio de investigación Ciudad de Sevilla, cuya lectura considero esencial y obligada para tratar con seriedad y rigor estos temas.

Estos tres documentos niegan de manera rotunda la pretensión de la Esperanza de Triana y de los Gitanos de hacer estación penitencial por delante de la cofradía de la Magdalena: Una resolución en 1899… un decreto en 1914 y una nueva sentencia en 1972.

No existe ninguna corporación entre las cofradías sevillanas que pueda disponer de mayor apoyatura legal para mantener el puesto que ocupa hace más de un siglo entre las cofradías que, con ella, hacen Estación de Penitencia a la Catedral.

La Madrugada es un desfile procesional de cofradías señeras minuciosamente gestado y conservado secularmente. Si ahora la queremos romper, tendremos antes que tentarnos la ropa. No se puede destruir jovialmente una pieza histórica amorosamente conservada. No es un juego de niños.

lunes, 24 de junio de 2019

EL LOGO DE CORREOS, UNA ALTERACION INNECESARIA.



Innecesaria, absurda, malintencionada y bien pagada.

Así me parece la modificación que han hecho al logo del Servicio de Correos y Telégrafos que sigue siendo una empresa estatal y que, por lo tanto, le pertenece tanto a usted, querido lector de estas líneas, como a mí mismo.

Ignoro si a usted le han consultado para llevarla a cabo. A mí, no. Y me quejo por ello y no escondo mi cabreo.

Ayer, además, me sentí doblemente agredido porque una página publicitaria en el Semanal de ABC me decía, tras reproducir gráficamente el nuevo diseño, “Hemos simplificado nuestro logo. Al máximo. Y, como Correos es una marca de todos y todas, os lo queríamos contar a todos y todas”.

Preso de mi indignación y tras mirarme al espejo para comprobar si se me había puesto cara de idiota tras la impactante lectura, hice algunas indagaciones vía Internet y supe que el cambio se había evaluado inicialmente en 250,000 euros y así aparecía en los pliegos del concurso público, pero la oferta aceptada para hacerlo había costado 139,000. O sea, a pesar de la reducción, más de 23 millones de las antiguas pesetas.

¿Por qué se ha hecho? Pues, con todo el desparpajo del mundo, lo declaraba la flamante directora de marketing y comunicación de la compañía, Eva Pavo, afirmando que el cambio de identidad corporativa se presenta como "una oportunidad de visibilizar el cambio en Correos" y para ello se opta por un logo con terminaciones minimalistas, pero conservando la conocida cornamusa acompañada con una corona en la parte superior”.

Tuve que volver al espejo y comprobé con alivio que aún no se me había puesto cara de imbécil.

El minimalismo es una corriente artística que sólo utiliza elementos mínimos y básicos. Por extensión, en el lenguaje cotidiano, se asocia el minimalismo a todo, leo en Internet.

Todavía vive el creador inicial de la enseña, José María Cruz Novillo, que la ideó en 1977 posiblemente cuando trabajaba como jefe de estudio en la Agencia de Publicidad Clarín, a quien parece que han compensado con el atentado que el arreglo perpetra contra sus legítimos derechos de propiedad intelectual,con el nombramiento de cartero honorario, un reconocimiento que solo se ha entregado en seis ocasiones anteriores a personas como la Reina Doña Sofía, Camilo José Cela y Antonio Mingote.

Supongo que a la Reina se lo darían cuando nada hacía suponer que se producirían estos últimos arreglos porque ¿saben una cosa?... el logo inicial se describía como “una corona real española sobre una cornamusa”. El modificado como “una cruz, doble eme (de ignoto significado), una raya y espiral” (nuevo nombre que adopta la rejuvenecida cornamusa).

Ha desaparecido la corona.
Eso parece ser la finalidad de esta chapuza.
Y encima se ha llevado un pastón el autor de la reforma.

miércoles, 19 de junio de 2019

CAMBIOS EN EL ROCIO



Acaba de producirse una alteración fundamental en la composición del órgano rector de la Hermandad Matriz: el relevo del presidente, Juan Ignacio Reales y su sustitución por quien ha ganado en las últimas elecciones, Santiago Padilla.

A Reales, profesor universitario, de amplia y fecunda ejecutoria al frente de la junta de gobierno de la Patrona de Almonte, viene a sustituir un hombre joven, heredero de una familia de profunda raigambre rociera, conocedor amplio de la gestión de la hermandad, con ejercicio anterior en su grupo directivo y de dilatada proyección en el mundo de la empresa y  la actividad turística andaluzas. Cabe, pues, esperar de él provechosos frutos y decisiones importantes en las cuestiones difíciles que aguardan su mandato.

Una de ellas corresponde a la procesión de la Virgen, tema difícil que viene preocupando a los responsables de la hermandad desde el salto de la reja en la madrugada de 1981 que se produjo a las cuatro, más temprano que nunca hasta entonces.

Se inauguraba así un nuevo horario que progresivamente iría acercando el  comienzo de la procesión de la Blanca Paloma por la aldea al filo de la medianoche.

Al año siguiente, 1982, aún se avanzó media hora más porque  los almonteños  tomaron las andas de la Virgen a las cuatro. Y un Rocío más tarde, en 1983, el salto se produjo a las 2,47 con lo que el adelanto resultó ya muy significativo.

La entrada aquel año fue a las 13,40, de forma que la Señora estuvo once horas fuera del templo .Un tiempo excesivo que no obstante fue inferior a las doce horas largas de la Blanca Paloma por el Real en 1989, el año que Canal Sur inició sus citas anuales con la romería, y a las trece y once minutos que invirtió en 1997 cuando por vez primera se televisaba su regreso al Santuario por la Cadena Local Media para toda España desde Giralda Televisión.

Continuaron los esfuerzos de la Junta de Gobierno tratando por todos los medios de reconducir esta situación y se logró que en 1984 cuando estuvieron la Reina madre y sus hijas en la aldea, el salto se produjera a las 3,14, pero la salida se postergara a las 4,20.

Pareció que se habían alcanzado los propósitos de acomodar el horario a la norma antigua, pero fue un espejismo.  Al año siguiente volvió a adelantarse el salto, la salida del Santuario se situó en el entorno de las dos de la madrugada y, salvo contadísimas y mínimas excepciones, de ahí no se ha conseguido ningún atraso sustancial hasta la fecha.

Una desmesura que preocupa a los devotos de la romería. Más desde 2011 cuando se rompió un varal. Y que ha alcanzado este año elevadas cotas de preocupación cuando, en los últimos metros del recorrido, la Virgen ha estado más tiempo en el suelo que sobre los hombros de sus portadores.

Las andas procesionales de la Virgen del Rocío no están concebidas para un desfile procesional nocturno. Con la oscuridad el templete se desdibuja a lo lejos. Necesita luz y ésta no cabe en su actual estructura. Ni con candelería, ni con faroles de cola. Y, por otra parte, los almonteños ya manifestaron, precisamente durante la primera retransmisión de Canal Sur, que no quieren la luz externa y, si entonces algunos provocaron un incidente y rompieron un foco que la televisión había instalado en una gradilla, hay que temer la que se armaría si en vez de con una sola luz se iluminase todo el recorrido.

La solución no es fácil y hay que empezar por convencer y mentalizar a todos los hijos de la villa que la tienen por patrona y protagonizan ese espectáculo único en el mundo de desbordada entrega el lunes de Pentecostés.

Ya ocurrió una vez. José María Aguilar lo contaba en ABC en 1999, “La bajada de la Virgen volvió a acontecer tras la llegada al Santuario del Simpecado de Almonte... Se dio la circunstancia de que un almonteño llegó a saltar la reja para bajar a la Señora, pero nadie le secundó.”

martes, 11 de junio de 2019

RELOJ ROCIERO



A las dos y treinta y cinco fueron los almonteños por la Virgen aquel 1997 en que, el lunes 19 de mayo,  se transmitió a través de un conjunto de televisiones locales y por vez primera su entrada en el Santuario.
Guardo una hojilla en la que garrapateo los datos porque yo fui el comentarista de aquel hecho histórico encabezado desde Sevilla por la desaparecida Onda Giralda TV.
Tempranísimo. Y, por el contrario, la entrada fue muy tarde. Casi a las cuatro. Exactamente a las quince cuarenta y seis.
Este año los registros horarios se han parecido mucho, pero la duración total  se ha reducido. Los almonteños saltaron la reja a las dos y cuarenta y ocho y guardaron a la Virgen en su Santuario a las doce y media.
Los rocieros antiguos miramos con nostalgia el tiempo ido, cuando la Blanca Paloma aparecía en la puerta de la ermita al despertarse el sol.
Sus andas procesionales están concebidas para una procesión de día. La Virgen por la noche parece una sombra asustada llevada a empujones de casa en casa por el real de la aldea.
De persistir esta nueva costumbre habrá que dotar a su baldaquino procesional de alguna forma de luminotecnia. No digo yo de una candelería de paso de palio, pero tal vez sí de candelabros de cola.
Creo que fue en 1989 cuando comenzó a anticiparse el  horario de salida. Quizás un año o dos antes, cuando no existía Canal Sur y la transmisión la llevábamos a cabo nosotros, los del Centro Territorial de Televisión española.
Era una época precursora de los adelantos de la comunicación televisiva. Las cámaras necesitaban un aporte de luz artificial que hoy se juzgaría desproporcionado y, dentro del Santuario, colgaban a ambos lados de su nave central unas perchas con focos de rodaje de cine.
Tal vez el encendido de esta instalación en los ensayos previos acrecentase el estado de nerviosismo de los almonteños y justificase el precipitado salto del primer adelanto sobre el horario anterior.

viernes, 7 de junio de 2019

AQUEL ROCÍO Y ESTE ROCÍO



Los que lo conocimos lo recordamos con nostalgia. Una romería con menos gente, con menos vallas, con menos prohibiciones, con otro horario más racional, con menos niños a caballo sin saber montar y con mucha, muchísima, más religiosidad.

Ese Rocío, el de las presentaciones de las hermandades en la tarde del sábado y la salida de la Virgen cuando acababa de estrenarse el sol en el cielo,  se perdió y ya no se recuperará. 

Se ha pasado de una peregrinación cómoda, casi íntima, a una concentración innumerable de peregrinos y, lo que es peor, se ha dejado atrás una parte no desdeñable de la motivación religiosa a la que ha sustituido la falta de compromiso cristiano y la trivialización de la fe de quienes se encomiendan hoy a la Madre de Dios.

Ya es airear reliquias sonoras volver a cantar las sevillanas  del canónigo, impulsor de la coronación de la imagen, Muñoz y Pabón ( “la Virgen del Rocío no es obra humana, que bajó de los Cielos una mañana. Eso sería para ser reina y madre de Andalucía.”  )  y  los sacerdotes que siguen siendo alzados en hombros por los componentes de las hermandades que visita la Señora en la mañana del lunes, en vez de entonar la Salve con todos ellos, como siempre se hizo, le gritan eso de ¡Rocío, guapa, guapa, guapa! que tiene resonancias de estadios deportivos.

Se decían Misas en las tres caras del altar donde se hallaba depositado el baldaquino de salida de la Blanca Paloma mientras algún clérigo que habitualmente era franciscano trataba de calmar con su oratoria la impaciencia de los almonteños. El  reloj solía marcar entonces las primeras horas del alba.

Hoy ha desaparecido el  altar.  El baldaquino aguarda solo en el despoblado presbiterio a que la turba vaya por él. Y ésta, la turba, difícilmente es contenida hasta que el simpecado de la Hermanad Matriz entra en el templo tras el Rosario de la noche del domingo. El reloj de la procesión se ha adelantado unas cinco  horas sobre el horario antiguo.

Luego pasa lo que pasa. Que, por muy fuertes que estén los que pugnan por llevar a la Reina de las Marismas en su recorrido por la aldea, fallan las fuerzas y la Virgen cae al suelo una vez y otra.

Ante todo esto tal vez convenga recordar el sombrío análisis del catedrático José Ortiz Díaz, pregonero de la Semana Santa de Sevilla: son los síntomas de una fe civil.