Tenía olvidado el blog. Tal vez porque estaba cansado de
hablar de lo mismo. De los catalanes.
Más que cansado, harto. Hasta el gorro. Como gran parte
de los españoles. Y más en estos días con el vergonzoso y cobarde chaqueteo que
se traen los gestores encarcelados del proces para eludir sus responsabilidades
y recuperar la libertad.
No sé si ustedes han comprobado que ahora suelen hablar
en castellano. Siempre lo hacen cuando detectan el hastío de la sociedad. Más
de una vez he pensado que debo exigir que no detraigan de los impuestos con los
que Hacienda grava mi pensión el porcentaje que corresponda a lo que se paga
para retribuir a los traductores. Si quieren que yo me entere, que hablen en mi
lengua. Y que pronuncien como yo. Como lo hacemos los andaluces con el seseo o
el ceceo con el que exportamos a la America hispana nuestra hermosa manera de
hablar.
Creo que fue un actor catalán apellidado Santacana el que
recitaba el Tenorio en el Teatro San Fernando y cuando decía eso de “llame al
Cielo y no me oyó – y pues sus puertas me cierra – de mis pasos en la tierra –
responda el cielo, no yo” y vestía su parlamento con el mismo acento con que lo
hace Arthur Mas en sus discursos, salió una voz del patio de butacas y le dijo:
--Si lo oyó, pero no se enteró de nada.
Eso quisiera. No enterarme de nada. Y a otro menester
más grato me he dedicado. A poner letra a los pasodobles taurinos que no la
tienen.
En 1992 aparecía con el sello Coliseum “La copla se viste
de luces” un LP de doce cortes protagonizado por Macarena del Río que, aparte
de los populares pasodobles “La Giralda” y “Nerva”, contenía partituras
dedicadas a los toreros históricos Marcial, Domingo Ortega y Manolete y a los
aplaudidos de aquellos años Espartaco, Fernando Cepeda, Litri y Rafi Camino.
En la actualidad, hay muchas y muy buenas partituras,
pero las letras casi brillan totalmente por su ausencia.
La consecuencia es que las nuevas figuras de la canción
carecen de composiciones de carácter taurino para incluir en su repertorio.
Y los mecenas y gestores de la vida de los toreros
actuales no disponen de este fundamental medio de promoción.
A resolver estas carencias viene este propósito para cuya
ejecución he contado con el fenomenal apoyo de la Sociedad Filarmónica Nuestra
Señora del Carmen de Salteras y de manera singular con el director titular de
la misma maestro Guillermo Martínez Arana.
Se ha comenzado con el pasodoble “Al Cid” que dedicara al
diestro de Salteras el reconocido compositor y antiguo director de la Banda Militar
del Regimiento de Soria, Abel Moreno.
El mismo ha realizado la adaptación de la partitura
prevista inicialmente para banda a la tesitura vocal de la cancionista. Y ha
sido Esther Ponce una emergente estrella de la expresión musicovocal la
encargada de interpretar la letra.
El invento lo estrenamos el otro día en la peña de
Salteras que lleva el nombre del torero.
Fue un éxito. De seguir así, recuperamos las corridas de
toros en la Monumental de Barcelona.