Caí yo una mañana de invierno por los alrededores de la
catedral y entré distraídamente en el templo. Se oía el canto de los canónigos
y, cuando la oración coral llegó a su término, el órgano siguió sonando como si
gozara de una recobrada libertad separada de las bridas del canto litúrgico.
Sus armónicos sones se elevaban hacía las nervaduras de
las bóvedas catedralicias llenando el ámbito sagrado de una música celestial
que invitaba al recogimiento y la oración.
Cuando el organista dio por concluida su intervención
magistral, un turista, que con otros visitantes foráneos había atendido en
admirativo silencio el imprevisto concierto, me preguntó dónde podía adquirir
el CD que acababa de sonar y, al saber que el intérprete había actuado en
directo, se extrañó de que el recinto no estuviese lleno de melómanos.
El organista era José Enrique Ayarra Jarne, uno de los
clérigos que el Cardenal Arzobispo José María Bueno Monreal se había traído de
su Aragón natal y que, como otros, don Félix Royo, por ejemplo, pronto se incardinaron
en la vida y costumbres de los sevillanos.
Don Enrique se vino a vivir a la plaza de Teresa Enríquez,
a una vivienda del edificio anexo a la Parroquia de San Vicente, en los altos
de la sacristía, el despacho del cura y las dependencias de las hermandades de
las Penas y las Siete Palabras. Y, con él, arrastró a toda su familia. En la
Universidad sevillana estudiaron sus hermanos, haciéndose uno de ellos cirujano
expertísimo, y en Sevilla igualmente contrajo matrimonio su hermana y falleció
su madre.
Ahora ha muerto él, superada ya la frontera de los ochenta
años. La ciudad pierde un sacerdote ejemplar que dio testimonio de su vocación
en diversos círculos, entre ellos los Cursillos de Cristiandad y un músico de
internacional renombre que elevó la representación hispalense en la música de órgano, a las más ilustres cimas.
En sus exequias solemnes un paño de luto cubrió respetuosamente
el teclado que tantas veces habían acariciado sus manos mágicas.
1 comentario:
Estimado D. Jose Luis, aprovecho su interesante blog para contactar con usted y solicitarle alguna noticia (si la tiene) del que fuera locutor de Radio Peninsular de Sevilla, Luis Guirado Pastor. Él estuvo casado con una tia mía, Joaquina Lozano Perales (ambos eran de Marmolejo (Jaén). Me interesaría mucho poder recabar algún dato de su vida en Sevilla. Un cordial saludo
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