PAVANA PARA UNA REINA DIFUNTA
...
Estoy jartito y no me
canso de decirlo y por eso lo escribo, de informativos televisivos, crónicas radiadas
y artículos y fotos periodísticas sobre la muerte de la Reina de los ingleses.
Si Isabel II de Inglaterra
ha sido grande, que nadie pone en duda que lo ha sido, más grande fue nuestra
muy española Isabel I, a la que rendía
vasallaje Cristóbal Colón cuando, con su ayuda y las naos de los marineros de
Huelva, descubrió América.
La prensa española se ha
hecho monárquica de repente. Mantiene en un enmascarado exilio al que llama Rey
Emérito cuando debía llamarlo Rey Padre, que trajo a España la democracia dos
veces, cuando heredó la Jefatura del Estado y al abortar el golpe militar del
teniente coronel Tejero y ahora saca los pañuelos para llorar a la Monarca que
visitaba Gibraltar como suelo propio.
Nosotros también tuvimos
una Isabel II que no es comparable con la difunta, por supuesto, pero creó con
su Padre, el criticado con razón Fernando VII, el Patrimonio Nacional
y un Carlos III, culto y razonador cuyas
Ordenanzas Militares estudiábamos los universitarios que hacíamos las Milicias
en el Campamento de Montejaque.
Ravel, el compositor
francés escribió Pavana para una infanta difunta. Un locutor novato leyó una
vez “para una infunta difanta”. Descuido por falta de reflexión. Sigue
sucediendo ahora. Acabamos de verlo.
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