Estuvo en el programa de Bertin Iker
Jiménez que es ese muchacho que algunas
noches y en la misma cadena, Tele Cinco, habla de otros mundos y circunstancias
exotéricas de éste a buen seguro con propósito divulgador aunque yo creo que
esconde el avieso deseo de quitarnos el sueño.
Asustó al presentador y me inquietó no
poco porque enseñó unas notas que él había tomado siendo niño del avistamiento
de un Ovni en el cielo de Aznalcollar y me removió los recuerdos porque yo lo vi
también.
Fue en el verano de 1974. Acababa de
inaugurar mi estancia vacacional en la casita aljarafeña que andando el tiempo
convertí en mi maison secondaire cuando Germán Sorzano que había hecho lo mismo
en el chalet que acababan de construirle dos parcelas más arriba, me llamó a
gritos una noche invitándome a asomarme a la terraza.
-
Mira al cielo y dime si estás viendo lo mismo que yo.
Debí tartamudear cuando recuperé el
habla. Y mi respuesta fue afirmativa. Encima de la urbanización permanecía
colgado como un globo metálico que no hacía ruido pero despedía plateados
destellos. Ascendió de pronto y se desplazó a un lado. Luego bajó. Volvió a
subir y emprendió un viaje que lo borró de nuestra vista.
Los periódicos publicaron después que
había asustado a un automovilista que rodaba entre Aznalcollar y el Castillo de
las Guardas. No fue por tanto una alucinación mía ni de mi vecino.
Recientemente leí que este avistamiento fue conocido por el Ministerio de
Defensa que acababa de desclasificarlo.
Yo trabajaba entonces en Radio Nacional
y le hice relación minuciosa del suceso a mi compañero Alfonso Contreras que,
tras oírla con fruición, la incluyó en su programa “No estamos solos”,
precursor de la serie de Iker Jiménez y hasta de las de Jiménez del Oso que
también se dedicó a estas cuestiones inquietantes.
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