EL PELUQUERO DE LAS PELICULAS ANTIGUAS
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No falla. En la lista de los que hacían las películas que
se rodaban en cine de treinta y cinco milímetros que era el que se proyectaba
en la salas de nuestra infancia y en las terrazas de verano con amplia pantalla
blanca que cubría las fachadas de más de una casa, estaba siempre.
The hairdresser, traducido como el vestidor del pelo, se
incluía habitualmente en los créditos que es como se llamaba y se sigue llamando lo que en el teatro era el
reparto: la relación de nombres de los artistas y profesionales que habían
llevado a cabo la producción escénica.
Con esta denominación, o con otra similar, figuraba en
todas. Y así Clark Gable aparecía con la cabellera peinada y reluciente en
Mogambo cuando se internaba en la selva, rifle en mano en busca de la pantera negra.
Y John Wayne igualmente daba la impresión de recién salido de la ducha y
peinado con colonia y fijador cuando formaba a su escuadrón de caballería en “La legión invencible”.
Ignoro cómo van de aceptación de los telespectadores
estos filmes antiguos, pero supongo que bien porque no hay otra cosa dada la
pobreza imaginativa de la tele que hoy se hace.
A mí siempre me recuerdan, cuando hacen declaraciones, a
esos políticos que tenemos tan bien pagados y son tan inútiles: actores que hacen su papel y
esconden el drama con el pelo tratado por algún hairdreesser escapado de
Hollywood.