¿Cuántos años van desde el 1766 al 2016?... Hagamos la
resta y, si no queremos torturarnos garrapateando números, vayamos al chino de
la esquina que vende unos maravillosos electronics calculators por menos de
cinco euros. O sea que, cuando se le terminan las pilas, más vale tirarlos y
comprar unos nuevos en vez de proceder al recambio.
Con el boli que nos ha prestado la nieta haciendo un alto
en sus deberes o con la calculadora que hemos adquirido al oriental el
resultado es 250 o, escrito con numeración romana, CCL.
Estas son las letras mayúsculas que aparecen en la
cabecera del programa de actos que me mandó ya hace algunos días mi hermandad
rociera de Villamanrique porque hace ese montonazo de años, doscientos
cincuenta, de la hechura del Simpecado histórico. Un aniversario importante,
debidamente acreditado, que sitúa a esta valiosísima pieza religiosa como la
más antigua de las que peregrinan, o peregrinaron, al santuario que cobija a la
Reina de las Marismas.
Sin duda es la
joya más preciada de la Hermandad. Realizado en terciopelo de color rojo
cardenal, el color litúrgico de Pentecostés, y bordado con hilos de plata con
un dibujo muy plano, que consiste en una bella guirnalda entrecruzada, bordeando
todo el paño y el óvalo de la Virgen. En la parte superior lleva bordados con
el mismo material el sol y la luna, y, en la inferior, los anagramas de AVE MARIA,
rodeados por guirnaldas de flores .El centro lo ocupa una extraordinaria
pintura, la más antigua que se conoce de la imagen, y ésta aparece vestida de
reina, según la moda de la corte española del siglo XVI.
Ciertos comentaristas radiofónicos que empezaron a
describir las peculiaridades de la que ha sido llamada la más importante
romería de occidente decían que la Virgen se mostraba como solía hacerlo
Germana de Foix hasta que algún docto en la materia les recordó que la tal
Germana había sido la amante del emperador Carlos primero de España y quinto de
Alemania con lo que la referencia no pareció muy apropiada para describir con
respeto el atuendo rociero de la Madre de Dios y dejó de emplearse.
El Simpecado que puede contemplarse en la iglesia
parroquial manriqueña, cuidadosamente conservado en un expositor protegido por
cristal adecuado, fue acompañado en su día por una memoria explicativa de los
trabajos que realizó sobre él el equipo de especialistas del Instituto Andaluz
de Patrimonio Histórico.
Se abre con un
prólogo que no tiene desperdicio. Está sustentado en datos extraídos de los archivos
parroquiales de aquellos años del que fue llamado “siglo de las luces”, cuando
reinaba Carlos III, y nos dice que ya entonces, al bautizar a un varón solía
inscribirse su nombre seguido de la mención “del Rocío”.
El símbolo religioso se convierte así en una confirmación
de la antigüedad de la devoción de los naturales del pueblo a la imagen de la
Blanca Paloma. Y, como mis abuelos maternos, José y Juana María, eran de allí, al llegar a esta conclusión no puedo evitar que me sacuda un justificable
temblor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario