Nubarrones negros en el horizonte del nuevo año. Pasada
las alegrías forzadas de las festividades navideñas, la realidad vuelve a
imponerse con descarnada crudeza.
Los sueldos no suben y las pensiones tampoco en el
porcentaje que debieran y, tras tres años con crecimientos del Producto
Interior Bruto superiores al 3% y con una previsión de crecimiento medio del
2,5% para los próximos ejercicios, iniciamos 2018 con la amenaza de una nueva
pérdida de poder adquisitivo.
Sin ir más lejos el recibo de la luz se encarece un 33 %
desde estos días. Un recuerdo que nos deja helados y no precisamente del frío
polar que tiñe de blanca nieve el escenario.
Y, mientras tanto, la comisión del congreso que debía
encargarse de ello no ha admitido a trámite la proposición por la cual los
políticos dejarían de cobrar del Estado una vez finalizado su mandato
Al menos 500,000 españoles, según contó Jordi Ëvole en
televisión, habían firmado la pertinente solicitud que solo persigue eliminar
la que a todas luces es una injusta prebenda, pero está visto que nuestros
representantes públicos se enfrentan entre ellos hasta por nimiedades
absurdas... menos cuando se trata de defender la olla gorda en la que meten la cuchara.
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