Marean las cifras. La información relativa a las compras
y los encargos de armamento y material militar diverso que viene hoy en la
prensa produce vértigo. Cifras mareantes. Compromisos inabarcables en una sola
anualidad. Dogales al cuello de los encargados de la administración pública
hasta no sé cuántas décadas sucesivas.
¿Quién es nuestro enemigo
?... ¿Con quién estamos en guerra?... A la avispada ministra de Defensa la han
convencido los muy preparados comerciales de las fábricas de helicópteros
militares de transporte, misiles y otros artilugios de combate para que apruebe
los pedidos sin titubeos. Y así se los ha presentado al Congreso.
Con ello ha incrementado la carga de trabajo de los
empresarios foráneos, sobre todo los que se desarrollaran en la fábrica de la aeronáutica Boeing en
Filadelfia (EE.UU.) que es exactamente el resultado contrario al conseguido por
la bizarra representante del Ejecutivo ante las Fuerzas Armadas cuando sitúa peligrosamente el resbaladizo tema de la anulación del encargo
de corbetas de Arabia Saudí que tenía la gaditana Navantia.
Este es el resumen: España, en riesgo de perder un
contrato de 1.800 millones con Arabia Saudí pero Boeing y los restantes
fabricantes de material militar anotando encargos españoles.
Esa señora guapa y valiosa que ejerce muy dignamente su
ministerio que es Magdalena Valerio confesó que al aprobar su departamento la
creación del Sindicato de Prostitutas le habían metido un gol por la escuadra.
Esperando estamos que doña Margarita haga lo mismo.
Supongo que Quichi el alcalde gaditano lo habrá pedido ya haciéndose eco de la
protesta ruidosa de los perjudicados de los astilleros que ven en el tejado el
porvenir de sus familias. La cosa no es para menos.
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