Los años no pasan en
balde. Las elecciones en Cataluña lo han puesto de manifiesto. Sube, y
muchísimo, Ciudadanos. Y no aparecen los que antaño disponían de una parroquia
fiel. Compadezco al señor Durán i Lleida.
Se preguntaba
escandalizado un conocido representante de la derecha cómo iba a dirigirse el
voto conservador andaluz a un candidato cuyo nombre es Albert. Y estos últimos
comicios le han dado la respuesta: Pues por la misma razón que votan los
catalanes a una niña guapa que se llama Inés.
Rivera bajó desde
Cataluña. Inés Arrimada ha subido desde Jerez. No es el voto argumentado, ni el
voto hijo de ese programa, programa y programa que pedía Anguita, años ha. Es
sencillamente el voto guapo.
Albert Rivera se
desnudó un día para llenar un cartel. Inés Arrimada no ha tenido que llegar a
eso, al menos que yo sepa, para atraer a sus votantes con una sonrisa
cautivadora y alguna que otra frase contundente.
No sé todavía si el
apellido es singular o plural. Me consta su aparición fulgurante en la
política. El voto guapo necesita candidatas así de manera que si hay más
Arrimadas mucho mejor.
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