Me telefonea Manolo Toro y me dice que acaba de leer el
“Arenas movedizas” de Carlos Herrera en el Semanal de ABC y le ha chocado una
frase contenida en su artículo que dice que el cura Lezama, como periodista,
fundó en compañía de otros Radio Vida, núcleo creador de la Cadena Cope… ¿Qué
que me parece?... Y le respondo naturalmente que no. Que yo no estuve allí,
pero llegué un rato después y él no estaba. Y que repasé pacientemente los
documentos que sustentaron su creación, o sea el escrito de la Congregación de
los Luises… el Decreto de Constitución del Arzobispado…el informe técnico… y la
relación de sus primeros programas y no vi su nombre. Y que, por si la memoria
me falla, me he releído el capítulo que dediqué a esta emisora en mi libro “Sevilla
tras un micrófono” publicado por Editorial Castillejo en 1993 para cuya redacción
manejé los papeles mencionados y no lo veo citado por parte alguna.
Escribí yo entonces que un congregante de aquella época,
Eduardo Díaz Trechuelo, se puso de acuerdo con un estudiante de la Facultad de
Física, Estanislao Castelló, que fue luego director técnico de la emisora, y
ambos se valieron del proyecto técnico que había redactado este último con la
pretensión de instalar en Sevilla Radio SEU, idea en la que yo participaba y habíamos
alumbrado ambos cuando coincidíamos para estudiar en la biblioteca que
funcionaba en la planta alta del sindicato estudiantil en la calle Cuna.
Con ellos colaboró otro técnico, Manuel Hernández y los
tres montaron el equipo emisor, un cacharrito de 50 vatios, en la trasera del teatro de la
Congregación en la calle Trajano. El texto lo ilustra una foto de la
instalación del poste radiante en la que se ve a Chano Amador, Juan Ernesto
Phlüger y Estanislao.
Castelló y Díaz Trechuelo fallecieron ya. Chano, también.
Pero, aunque recluido y muy castigado por los avatares de la vida, queda Manuel
Hernández y otros que, como Manuel Blázquez, el notario Francisco Rosales de
Salamanca o el catedrático Alfonso Pérez Moreno, pueden acreditar cuanto digo.
En esta Sevilla y pueblos circundantes, de gestores
incultos, que le dan un premio al Gran Wyoming y dejan que se muera Chano
Amador, este sí fundador de Radio Vida y del programa Saeta, sin hacerle ni
puñetero caso y que cuando hablan del doctor Vida, benemérito médico pediatra que se dejó parte
de la suya en atender a los niños del programa “Al habla con las provincias” de Radio Nacional lo
describen solo como un ancianito acogido en una residencia, no son de extrañar
algunas confusiones y olvidos lamentables.
Por eso resalta este disculpable error en quien como Carlos Herrera,nos tiene habituados a la exactitud y por ello dispone de nuestra credibilidad y, por supuesto, de
nuestro afecto.
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