Antes de que alguno de esos
ignorantes catalanes que no quieren ser españoles alumbrasen el fementido
slogan ese de “España nos roba” y antes también de que la familia Pujol se
dedicase a protagonizar escandalosos titulares en la prensa, había quienes se
dedicaron a birlar por la cara a Radio Sevilla el mérito que en justicia le
correspondía de ser la emisora más antigua de España.
Cuando yo daba clases en
Ceade lo explicaba a mis alumnos y les recomendaba que hiciesen la prueba del
nueve de esta aseveración visitando la hemeroteca y comprobando cómo el día que
aparecía en los periódicos la gran noticia de la inauguración de Radio
Barcelona podían conocerse también los programas que diariamente emitía la
emisora sevillana. O sea que cuando la catalana empezaba la de Sevilla
funcionaba ya.
Barcelona, por tanto, no es
la número uno. Es Sevilla. Lo vengo repitiendo por activa y por pasiva como
antes lo hiciera nada menos que Boby Deglané.
He dado alguna que otra
conferencia con este motivo. Guardo una abultada carpeta con recortes y
papelotes que acreditan y confirman mi aserto y pienso que ya es hora de
corregir esta inexactitud aunque para ello haya que resaltar el comportamiento
inadecuado de las autoridades de aquella época de la que ahora se cumplen
noventa años.
Radio Sevilla es la emisora
de mi adolescencia. La única que había en
la ciudad mucho antes de que
inaugurase sus estudios Radio Nacional de España en la calle San Pedro Mártir
en 1951 y Radio Vida, la primera emisora de la actual cadena Cope, empezase en
el 55.
Los universitarios que
deseábamos ganar algún dinerillo participábamos en el concurso “Lo toma o lo
deja” que animaba Rafael Santisteban cara al público y cuyo premio máximo ganó
un día Jesus Vida, ese benemérito doctor en medicina que tanto hizo por los
niños de la provincia, al que yo mencionaba el otro día desde esta bitácora para
que lo recordase el presidente de la Diputación.
Noventa años de Radio
Sevilla. Estoy deseando conocer la relación de actos que van a organizar. Han nombrado
comisario de esta efeméride a mi querido amigo Antonio Zoido. El sabe de estas
cosas. Parte de ellas las dejé escritas en mi libro “Sevilla tras un micrófono”.
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