Al caballero ese que no ha votado nadie pero que ha
penetrado en la Moncloa descolgándose por la gatera de la moción de censura nos
hace ver la prensa del fin de semana que parece que le preocupan más sus
asesores de imagen que la formación e idoneidad de sus ministros.
Uso el sustantivo caballero, en vez de señor, porque
ahora está muy de moda desde que empezaron a emplearlo los agentes de la
policía local para designar así a los drogadictos y alborotadores nocturnos a
los que había que reprimir o multar adecuadamente lo que resultaba chocante
después de investirlos de señorío y porque eso de llamar señor o tratar de
usted al interlocutor que acabamos de conocer está absolutamente demodé en el
mundo del populismo que nos ha tocado vivir.
Al caballero, a éste al que me refiero, no le pasa por
alto, que él lo es como para encestar en el baloncesto, que nos movemos en el
mundo de la imagen y que valen más unas buenas fotos a lo J.F. Kennedy a bordo
del avión presidencial que unas precipitadas respuestas en una entrevista ante
profesionales de la información.
Por eso en la gestión de las decisiones que ha tomado
hasta el momento, cuando acierta es porque interviene su gurú de cabecera que
es ese señor de alopecia incipiente y gafitas de listillo, llamado Ivan
Redondo, que solía asomarse a los programas televisivos de Ana Rosa para
dibujar en una pizarra predicciones políticas.
El tal sabio new way que antes asesoró con éxito en dos
ocasiones a candidatos del PP y a quien los gestores del partido dejaron ir,
como suele ser su inveterada costumbre, se encuentra auxiliado ahora por una
dama que se supone de parecidas garantías a quien el caballero de referencia ha
encargado la Secretaría de Estado de Comunicación.
Y así andamos. Y mientras tanto a Soraya que es la mejor
candidata según Moreno Bonilla (En algún
sitio lo he leído también) aunque los electores andaluces se dividen entre las
dos féminas, el creador de su campaña publicitaria en las elecciones primarias
que aborda el partido no tiene una idea más genial que construirla pivotando
sobre una sola palabra: SoraYA.
Cualquiera que la reciba será inmediatamente abducido por
sus cualidades subliminales que le impulsarán a ejercer su capacidad volitiva
en beneficio de su patrocinadora
Si usted no entiende nada no se preocupe. A mí me ocurre
lo mismo.
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