No eran españoles, no.
Los cowboys eran americanos, hablaban inglés y procedían de Inglaterra.
Invadieron la tierra de los naturales del país que eran los indios y los
encerraron en las Reservas para tenerlos bien apartaditos y que no dieran la
lata aunque luego se fumaran la pipa de la paz en vez de encender un Chester o
un Phillips Morris.
Los españoles nunca
fueron cowboys ni llevaron un colt del 45 colgando del cinturón, ni se
encerraron en los fuertes para protegerse de los comanches los sioux y otros
indígenas revoltosos. Pudieron tener sus escaramuzas, no digo que no, pero se
enamoraron de las indias, se casaron con ellas y llenaron de frutos de esas uniones
los montes y las praderas.
Por su parte los
varones indígenas, con su piel cobriza y su musculatura apretada rondaron de
amores a las rubias y castañas muchachitas hijas de los invasores hispanos y
contribuyeron a que numerosas promociones encadenadas de bebés llorasen en
español, navajo o quechúa.
Distintas actitudes
con diferentes resultados. No hay que irse a los libros para contemplarlas. Con
ver unas cuantas películas de indios y cowboys se entiende todo.
A lo que parece ni el
Quichi ni la Colau van al cine. Así dicen lo que dicen y hacen el indio sin
tener que rodar película alguna.
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