Ha sido en verdad emocionante. Hace unos días vinieron a
verme cualificados representantes de la muy saltereña Banda del Carmen, que es,
como bien saben los cofrades, la banda que acompaña a la Macarena, y me
pidieron que sustituyera a mi hijo Antonio.
Ya creo haber dicho otras veces en este mismo blog que
tengo bien asumido el papel secundario que ocupo en la estimación de Vanitas
desde que mi vástago empezó a presentar concursos en la tele y a interpretar
papeles tanto en las series como en las películas de largo metraje.
Eso de tener un hijo famoso acarrea estos relevos. No soy
el único al que suceden estas cosas. También creo haber escrito que al poeta
Juan Sierra, altísimo y consagrado, lo conocieron mejor como el padre de Quino
desde que su hijo se encumbró como futbolista.
He dejado de ser quien era para convertirme en el padre
de Antonio Garrido. Y, como Antonio no podía aceptar lo que proyectaban
proponerle, porque está rodando en Madrid una serie para la Uno de TV, me lo
ofrecían a mí. Plato de segunda mesa, se decía antes, cover me parece que se
dice hoy en esa manía que nos ha entrado de llenar de anglicismos nuestro
hermoso idioma.
La Banda del Carmen quería que Antonio participase en su
Concierto de Navidad como presentador y como narrador de Don Quijote, un trabajo sinfónico del
compositor valenciano Ferrer Ferrán en el que no hay solista instrumental sino vocal
que suple las intervenciones del violinista, pianista o clarinetista de este
puesto estelar en los conciertos tradicionales.
Era la primera vez que me invitaban a desempeñar este
papel y naturalmente acepté de inmediato. No todos los días se convierte uno en
intérprete elegido de una partitura para banda y solista y tiene además la
ocasión áurea de hacerlo bajo la batuta del director titular, el maestro
Guillermo Martínez Arana.
Y me pareció emocionante. Solista sin saber música.
Intérprete alzando mi voz a señal de batuta sin haber estudiado bell canto.
Narrador sustituto de violinista, clarinetista o virtuoso del piano. Nunca antes
me habían propuesto nada igual.
El concierto fue en la Iglesia parroquial de Salteras
llena a rebosar. La partitura se titula “Don Quijote” y está escrita para
narrador y banda de música. Intervino también la soprano María Jesús López
Magarzo cerrando la obra de Patrick Doyle “Henry V” y la cantaora flamenca María
Ángeles Madrid poniendo voz y sentimiento a dos villancicos que se ofrecieron al final y
que, como la banda y su director, fueron aplaudidísimos.
En resumen, un éxito. En lo que a mí respecta, todavía no
me lo creo.
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