En circunstancias normales, a finales de Julio la noche
debería haber sido calurosa y la mañana aparecer con amenazas de termómetro
al alza. Pero sucede lo contrario. La
Vuelta Ciclista a Francia tiene que suspender una etapa al no poder alcanzar la
meta ante el evidente riesgo para los corredores por hallarse la carretera
peligrosa a causa de una granizada y por la ventana que tengo abierta ante mí
entra un fresquito de preludio otoñal que me obliga a buscar una prenda de
abrigo.
Estoy tan inquieto como durante la sesión de la fracasada
investidura se mostraba en su escaño el representante del Partido Nacionalista
Vasco, Aitor Esteban, apellido más judío que euskaldun, dicho sea de paso, cuando algún orador se refería a la postura
insolidaria de su formación.
Y la cosa no es para menos. A los andaluces este
desacuerdo de las fuerzas políticas nos va a salir muy caro. Como mínimo nos va
a costar cuatrocientos millones de euros. Lo ha dicho JuanMa Moreno aportando
datos incuestionables de su consejero de Hacienda que de estas cosas sabe lo
que tiene que saber.
El presidente andaluz sigue fielmente el consejo sabio de
los políticos veteranos de hacerse acompañar por un buen administrador y es de
esperar que, siguiendo esa sugerencia, no lo cambie nunca.
Los dineros no pueden administrarse con la cuenta de la
vieja. De economía saben los economistas. Y los colegios de estos facultativos
del comercio, la contabilidad y las finanzas dan ejemplo de honestidad,
formación y eficacia por todo el mapa hispano.
Lástima que esto no se haya visto así en los periodos
formativos de las estructuras de la Comunidad Andaluza y algunos puestos
importantes de su gestión estén ocupados por profesionales de diferente
formación universitaria a los que un asiento contable les dice lo mismo que una
escritura en sanscrito.
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