DE LOS ABANICOS DE CASA RUBIO A LOS DE OLIVIER BERNOUX
...
No está ya Casa Rubio en la calle Sierpes. Cerró hace
unos años. Como han cerrado muchos otros establecimientos de la ciudad
tradicional. Ahora que Sevilla vuelve a estar de moda los turistas que vienen a
vernos, felices y singulares, no nos van a encontrar.
Ya no podemos contemplar en el escaparate los abanicos
que vendía obsequioso don José Rubio, ni nos atiende don Antonio Montesinos que
era el encargado del establecimiento, y
lo suplía cuando él no estaba, ni su hija
Anita que era la que más sabía de las ilustraciones del barrio de Santa Cruz o
de los toros en la Maestranza pintadas a mano que nos ofrecía cada abanico cuando se abría.
A cambio Olivier Bernoux puede brindarnos su colección
de estos antiquísimos ventiladores manuales
desde la tienda exposición que ha montado en un singular enclave que antes
ocupara “Búcaro”, la tienda de flores en el palacio de los condes de Casa
Galindo desde cuyo balcón neoclásico cantaba sus saetas al Cristo del Museo o a
la Virgen de las Aguas Pepe Perejil.
Así es la vida
En Casa Rubio comprábamos los abanicos para el calor y los paraguas para la lluvia.
Esos que anunciaba la voz de Rafael Santisteban, el locutor de Radio Sevilla de
la Cadena Ser, y, en la acera de
enfrente, Casal el de los Bolsos redactaba sus columnas publicitarias para el
ABC.
Los abanicos los muestra al mundo ahora este sonriente
ciudadano, creo que francés, bilingüe, que presume de algún antepasado andaluz.
Dice que va a convertir Sevilla en la capital mundial del
abanico. Para empezar ya le ha vendido a Dior que los mostró en manos de sus modelos
en la exhibición que celebró en la Plaza de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario