SEVILLA COMO
DECORADO
...
Otra vez se
vuelve a utilizar la ciudad como
decorado caprichoso de una una empresa multinacional a la que debe sobrar la
pasta para atender a sus relaciones públicas.
Antes fue
Dior. Ahora es una sociedad de nombre complicado y en inglés que no me tomo la
molestia de copiar la que elige uno de los monumentos emblemáticos de pasados
eventos sevillanos para transformarlo
según la disparatada idea de sus diseñadores con complementos efímeros a fin de conseguir un
marco creativo donde celebrar una comida de aniversario reservada a doscientos
cincuenta comensales que supongo adinerados y selectos.
Les doy la
bienvenida y les deseo que lo pasen muy bien por aquí. Pero me quedo
meditabundo y preocupado con interrogantes molestos.
Las preguntas
que me hago son muy sencillas. Cuánto pagan. O dicho de otra forma: ¿A qué
precio se les autoriza? ¿Quién decide eso?. Y, como consecuencia, quien
cobra... qué se hace con ese dinero...
quien está autorizado para soslayar los derechos de imagen...
Y, algo más, ¿hay algún corredor o
comisionista escondido por ahí que es el que pone la manita tonta y se
lleva el porcentaje como hacían los
catalanes de Jordi Pujol con lo que llamaban “ habitual” que era el tres por ciento?
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