viernes, 5 de agosto de 2022

 

ENTRE LAS NUBES Y EL SOL

El problema del agua se veía venir. La ineficacia para resolverlo, también.

El futuro frígido por falta de calefacción está a la vuelta de la esquina. La torpeza para ponerle remedio, evidente.

El plan de ahorro energético ha originado un  auténtico caos en las autonomías que detectan varias normas superpuestas y no saben cómo aplicarlas.

Es incomprensible que estando rodeados de mares no hayamos resuelto todavía la periódica carencia de líquido elemento caído del cielo y que con ese sol luminoso y caliente que sigue colgado de la  altura sin apagarse nunca, aun no hayamos arreglado del todo la cuestión de la energía.

No se puede comprender y se anota en el ranking de las carencias que estamos llamados a padecer en este tiempo nuestro de tantos adelantos y de tanta proporción de inútiles.

Hay que cubrir los tejados de placas solares y hay que fabricar desaladoras que permitan usar el agua de mar como si fuera agua del grifo.

Lo primero puede estar al alcance de muchos. No de todos, aunque quisieran. Lo segundo necesita la actuación diligente de la administración. Así de sencillo.

Y menos mal que se hicieron los pantanos

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