domingo, 21 de agosto de 2022

 

LA MAGNIFICA TELE DEL VERANO

Una de las ventajas de la televisión en el verano es que se ve  obligada a exhumar de los archivos las maravillosas producciones que se hacían en el pasado lo que pone de manifiesto el vacío de la televisión actual, y sálvese quien pueda, llena de tertulias de ineducados incultos chismosos de corral de vecinos y repleta de funcionarios colocados a dedo cuya inacción e ignorancia se adivina en la absoluta ausencia de programas de calidad.

El último ejemplo es la proyección de la película “Los celos y el duende” un filme con endeble argumento, colmada  de fallos de toda especie que sin embargo es un documental esplendido  de la grandeza del Tablao  flamenco  “Los Canasteros” que estaba en La calle Barbieri de Madrid y cerró sus puertas  el año 1993  en el que Manolo Caracol volcó su deseo de difundir el auténtico arte flamenco andaluz cimentado en el toque, el cante y el baile y resultaba visita ineludible del turismo extranjero y cita española de intelectuales y artistas.

Repaso la lista de los  intérpretes y no encuentro la mención de la bailaora que protagoniza un impactante  zapateado, ni la de los cantaores y guitarristas que la acompañan, todos probablemente de la plantilla del local con actuaciones diarias.

El arte andaluz menospreciado y sin valedores que alzaran la voz en su defensa.

Pero perdura en el tiempo. Y ahora, desde la pequeña pantalla, se burla de los que no saben hacer otra televisión que no sea la del insulto, la insidia y el chismorreo.

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