YO TAMBIEN ME SUBO AL FICUS
Me sumo
a la concentración contra la tala del Ficus en Triana. Y no lo hago por seguir
la corriente reivindicativa que se ha levantado cuando saltó la noticia de la
tala inapelable del viejo árbol.
Me sumo porque algo me huele mal en esta
decisión que, para empezar, se toma en
agosto cuando se supone que todo el mundo se halla de vacaciones y más este año
después de las prohibiciones que originó la nefasta pandemia.
Me parece muy bien que se pidan estudios
científicos profesionales independientes y, en consecuencia, considero precipitado
y hasta sospechoso que se haya dado comienzo a la acción el pasado martes como
si se quisiera llegar cuanto antes al encogimiento de hombros de los hechos consumados.
Además, como dice la Plataforma Ciudadana
Ficus Vivo, la tala atenta contra el legado paisajístico del templo de San Jacinto
que es un bien declarado de Interés Cultural.
No se tampoco por que el asunto se ha dejado
llegar hasta aquí y si la alarma está justificada o la situación podría
haberse prolongado un tiempo razonable.
Por lo que he leído hay un informe de Parques
y Jardines donde se decía que,con los cuidados adecuados, el árbol podía ser lo
suficientemente seguro tanto para las personas como para el edificio de la
parroquia.
Y me preguntó ¿a quién corresponde efectuar los
cuidados adecuados?
Protesto porque alguien debió hacer algo para
salvarlo antes de todo este revuelo y no lo ha hecho y por algo más que me afecta
directamente, porque el ficus es el abuelo de los árboles de Triana y yo tengo
dos nietos que lo contemplan cada día.
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