Volvemos al recurrente tema de la
modificación de la Carrera Oficial.
Los problemas de la organización de
los recorridos cofrades que en el prólogo de la pasada Semana Santa se
agudizaron con los de la Madrugada llegando incluso a forzar la dimisión del
delegado del Consejo, tienen una raíz común: el aumento de los nazarenos y el del
público que desea ocupar sillas.
El Consejo de Cofradías ha recibido
peticiones para ocupar una localidad que equivaldrían a sumar 26.562 nuevos
asientos a los 34.000 ya existentes.
Afrontar sin demora el alargamiento
de este recorrido unitario no es cuestión de extremada urgencia, pero sí
conviene atenderla cuanto antes. ¿Por dónde hacerlo?... Es el tema debatido siempre.
Jesús Creag vuelve al antiguo
proyecto de adelantar su comienzo. No estoy de acuerdo. Con todo respeto para
opiniones ajenas, pienso que la prolongación no debe planificarse por el
principio sino por el final. Lo he escrito otras veces. Las cofradías dejarían
de entrar en la Catedral por la Puerta de San Miguel y lo harían por la del
Príncipe, tras haber ampliado su itinerario por Fray Ceferino.
Y, en ese espacio, frontero al
edificio de Correos, podría montarse una tribuna con esplendidas perspectivas del
desplazamiento de las hermandades a lo largo de la Avenida que haría las delicias
de las cámaras de la tele y proporcionaría espacios a diversas alturas a miles
de sillas.
Una segunda Campana si cabe de mayor
atractivo y esplendor que la actual.
Existe un inconveniente que puede
denominarse obstáculo: el monumento a Colón que habría que desplazar a otro
sitio dentro del templo.
La reforma necesita, pues, el
acuerdo con el Cabildo Catedralicio y la obtención del patrocinio que permita obtener
los fondos necesarios para llevar a cabo las obras.
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