miércoles, 29 de junio de 2016

ME QUEDO CON LO PUESTO


Llegaron hasta la puerta de mi casa… dilapidaron mi dinero… colmaron mis oídos de palabras hermosas… pintaron mi horizonte con sueños e ilusiones…

Parole… parole… parole… ¿Se acuerdan de la antigua canción?... La interpretaba Mina discutiendo en italiano con Alberto Lupo. Palabras… palabras… palabras…

¿Y ahora qué?... Pasó el imprevisible domingo de las segundas votaciones y se callaron las  promesas. Los nuevos actores siguen en escena pero da la impresión de que  han dado la espalda al público.

Los políticos cabeceras de cartel se miran a ellos mismos. Diseñan estrategias y establecen planes para no perder el puesto y proteger su futuro. A los españolitos que les votaron que les vayan dando.

¿Y estos eran los que aparecían con un aire nuevo?

Las encuestas que les precedieron no acertaron, entre otras muchas cosas, a medir su escasa altura de valores humanos y su menguada talla democrática, cuando no la dureza de ese mármol cemento con el que parece tallado el rostro de uno que yo se me.

Es aleccionadora la panorámica postelectoral. Errejón critica a Iglesias… los fundadores de Ciudadanos se insubordinan contra Albert y rechazan su oposición a negociar con Rajoy… Cataluña mira con miedo de película de Hitchcok lo que empieza a suceder en Inglaterra…


La fiesta absurda nos ha costado un egg… ¿Y todo para qué? 

jueves, 23 de junio de 2016

Y EL DOMINGO, A VOTAR


Celestino Fernández Ortiz, periodista de aquellos felices días de la prensa de papel, cuya asociación de profesionales presidió largo tiempo y con notable éxito, me contaba que en Benacazón, que era su pueblo de nacencia, había un conocido paisano suyo, encumbrado agricultor, que solía decir:

--Les ha dado por hablar de la libertad religiosa y eso ha existido siempre. Aquí el que ha querido ir a Misa ha ido y el que no,  se ha quedado fuera de la iglesia.

Eran los tiempos históricos del Concilio Vaticano segundo, de cuya clausura ha transcurrido ya más de medio siglo, en los que la cuestión de la libertad de cultos saltaba desde las reuniones de los padres conciliares a las conversaciones de la calle.

El hombre llevaba razón, pero no caía en la cuenta de que, por lo demás, las libertadas públicas brillaban por su ausencia y que, bajo la férrea tutela del estado, poco podía hacerse en uso y disfrute del libre albedrío.

El domingo próximo es el día elegido para demostrar exactamente lo contrario, la votación democrática de  los ciudadanos que, sin presión alguna, acudan a depositar en una urna la expresión de su voluntad resumida en un papel que la manifestará de modo libre, directo y secreto.

Nadie sabe lo que es un vaso de agua hasta que le abrasa la sed. Y nadie conoce el valor de un voto sino aquel que durante una larga época se vio privado de su empleo.

--¡Y luego los políticos se reúnen y alcanzan pactos que desvirtúan lo que muchos han querido…!

Es cierto. No vivimos en un régimen democrático que carezca de errores y malformaciones. Pero sería funesto no disponer de él. “La Democracia es el peor sistema de gobierno… con excepción de todos los demás”, que dijera Sir Winston.

El domingo hay que votar, compañero, amigo, camarada, hermano.


Lo saben bien aquellos que un día corrieron delante de los caballos de los grises huyendo de vergajazos inclementes.

lunes, 20 de junio de 2016

PARA REFLEXIONAR ANTES DE LA JORNADA DE REFLEXION


Se creen que los viejos somos tontos. Ahí andan la Susanita y el de Ciudadanos presumiendo de la bajada del impuesto de Sucesiones. ¿Bajada?... ¿Pero no os da vergüenza? ¡Si lo que tenéis que hacer es quitarlo!

Quitarlo, sí. De un plumazo. Borrón y cuenta nueva. ¡Si es el impuesto más injusto de Andalucía!... ¡Si se trata de una continua vulneración de los preceptos constitucionales!

¿Qué dice la Constitución?... ¿Que todos los españoles somos iguales ante la ley?. Menos para pagar los impuestos. En Andalucía te persiguen hasta después de muerto. Morirse es más barato en otras comunidades. ¡Menudo problema dejas a tus herederos cuando te mueres!

Dos viejos se me han muerto esta semana. Y no se hablaba de otra cosa en el Tanatorio. En esas reuniones debería meter las narices el delegado de don Albert que no puede ser más feo el tío. Claro, cómo su jefe es guapito, pues elije a sus representantes entre las huestes de Picio.

Inciso de Wikipedia: Picio se identifica con el dios griego Hefesto, hijo de Zeus y Hera, que se corresponde al latino Vulcano. La tradición mitológica lo describe como cojo y desgarbado, sin especificar si fue esa la razón por la que Afrodita (Venus) le fuera infiel.

Total, que he empezado hablando de impuestos  y voy a terminar escribiendo de cuernos, que es casi lo mismo porque hay que ver el tratamiento que recibimos de esos políticos que nos son infieles hasta en tiempo de elecciones.


Y encima se besan y nos piden el voto. El disputado voto. Siempre el tozudo señor Cayo del magistral Delibes que de manera tan admirable interpretara en el cine Paco Rabal.

miércoles, 15 de junio de 2016

EL POBRE


Jugaban los chiquillos en el patio entoldado entre macetones de aspidistras  y palmeritas de rincón. De pronto giraba sobre sus goznes el portalón de la calle, cuidadosamente entrecerrado para evitar la entrada del calor y, tras la cancela de hierros trenzados, aparecía un hombre cetrino y macilento.

Uno de los niños abría un paréntesis en el juego, se asomaba al hueco de la escalera y gritaba hacia arriba:

-- ¡Mamá, el pobre!:
-       
Y la madre le hacía subir y le daba algo para al pedigüeño que el chicuelo trasladaba con presteza. La madre siempre atendía la petición. Con monedas sueltas… con algo de comida…

Si en vez del mendigo familiar, el visitante diario, llegaba otro, desconocido, la respuesta negativa se envolvía en una fórmula entre educada y piadosa que todos conocían:
-     
           -- No hay nada, hermano.

Ocurría esto en la ciudad antigua, la que a duras penas había salido de las zozobras y estrecheces del enfrentamiento fratricida y poco a poco trataba de recuperar su pulso y restañar sus heridas.

Hoy no existen pobres que se asomen a los patios umbrosos tras las cancelas.

Por ahora.

Nos están metiendo en el cuerpo temores olvidados y miedos dormidos. Y el caso es que los llamados a tranquilizarnos, con la preocupante inexperiencia, preñada de ambigüedad de los que se ofrecen como recambio, y su exceso de osadía, no contribuyen precisamente a restablecer el sosiego

La otra noche, mientras los políticos que optan a regir nuestros destinos llenaban el tiempo televisivo de reproches carcomidos, posturas estudiadas y frases repetidas, me acordé de quien decía “ Hay que ver mi hermano, el pobre”… ¿Qué le pasa a tu hermano?, le preguntaron. “Nada – repuso el hombre- que es pobre”


Tendría mucha guasa que, con gente como ésta, lleguemos a serlo todos.

domingo, 12 de junio de 2016

DE PORTAZOS E INDECENCIAS


¿Qué pasaría si el ciudadano Sánchez, pedigüeño de votos y complacencias, se acerca a mi casa, no lo quiera Dios, y aprieta el botón del telefonillo?

¿Qué ocurriría si, en vez de franquearle la entrada, le doy con la puerta en las narices?

A lo sumo, el recién llegado podrá decir de mí que no conozco la educación ni por el forro, pero mi intimidad, que es una señora muy suya, que en los descarnados sondeos de opinión que se llevan mucho en estos días, suele revestirse con una bata de andar por casa a la que denomina privacidad, se sentirá protegida y a salvo de atrevidas violaciones.

La desesperación no resulta buena compañera cuando la coyuntura histórica se muestra adversa. Y menos si la cuadrilla insiste en manifestar su impericia.

--- Tú no vas a venir más conmigo, le decía un novillero incipiente al banderillero que se negaba a correrle un becerro que sabía latín.

--- ¿Y quién te ha dicho que te van a contratar aquí otra vez?, le contestó el subalterno.

El tal Sánchez está en ello. Sabe que no le contratarán de nuevo. Y hace oídos sordos a la tentadora oferta del compañero de cartel que alardea de orejas antes de cortarlas que le ha prometido la vicepresidencia, aunque para ello tenga que arrojar por la borda eso que debe ser absolutamente sagrado para un político que es su decencia.

¿Quién es más culpable, el que incita a la culpa o el que comete el desafuero?

Si el mendigo Sánchez se quita los tapones de los oídos y accede a la oferta tentadora,... ¿quién sería más indecente que él?

Suena el timbre. El cartero no puede ser. Me temo lo peor.




sábado, 4 de junio de 2016

EL PANA, MEJICO Y LA GENIALIDAD


Conocí a Benítez Carrasco, poeta, recitador y hermano de un padre jesuita, culto y ejemplar, que vivió muchos años en Sevilla en la residencia de la Compañía en la calle Jesús del Gran Poder, frente a la consulta del doctor Cariñanos, ese al que bajó a asesinar la misma ETA que ahora pasea los residuos que le quedan por foros de convivencia clamando por los derechos humanos.

El Padre Benítez, predicador de quinarios cofrades con verbo exquisito, y muy cercano a la Hermandad de Pasión, era el primer admirador de ese autor de versos conmovedores que hizo de la escritura y la declamación en público su único modo de subsistencia.

Cuando vino por aquí a visitar a la familia asistí a alguno de sus recitales y, viéndole ante el público, casi ciego, algo torpe y acompañado por su inseparable bastón, llegué a concluir que ese irrepetible rapsoda andaluz solo en Méjico podía llenar las salas de fiestas cuando actuaba al lado de los mejores intérpretes de corridos, rancheras y boleros del momento.

Cosa parecida me acaba de ocurrir con el Pana, el veterano matador de toros azteca, que acaba de fallecer al no poder recuperarse de la tetraplegia que le causó en la plaza de Durango el pasado uno de mayo un toro que precisamente se llamaba casi como él, Pan francés.

Porque Rodolfo Rodríguez no se apodaba Pana por el tejido de las americanas que lucían al principio del recuperado régimen democrático hispano Felipe González y sus compañeros del socialismo auténtico de aquellos días, sino por su profesión inicial de panadero antes de aparecer en los ruedos como espontáneo.

¡Qué versos hubiera dedicado el mejicanizado poeta andaluz a este capricho del destino!...
Cuando se suicidó Juan Belmonte y supo la impactante noticia tomó bolígrafo y papel y, recordando la bala que había terminado con su vida, escribió aquello que luego se ha recitado tanto “¿Cómo pudo, cómo pudo, con un torero tan grande un torillo tan menudo?”
¿Qué habría escrito el genial Manuel Benítez Carrasco en la muerte del genial Pana?... Imposible saberlo. Pero estoy seguro que alguien lo declamaría en cualquier teatro o sala de fiestas del genial Méjico lindo y querido.