lunes, 30 de julio de 2012

El naufragio de los libros perdidos

Aquello ya tan antiguo de ” vacaciones sin Kodak, vacaciones perdidas” que debe mostrarse todavía en los tratados arqueológicos de la publicidad, en mi caso siempre ha dispuesto de un sucedáneo que sustituye la marca de los aparatos fotográficos por el genérico “libros”.Pero libros de verdad y cómodos de manejo, no como esos mamotretos en los que aparecen los últimos escritos de Ken Follet que no hay manera de acostarse con ellos. Porque esa es una cualidad inseparable del libro compañero de las horas de asueto: que pueda compartir con uno las horas lánguidas bajo la caricia del sol y acunado por el rumor del mar. Nada más lejos de la prima de riesgo o las oscuras amenazas de las agencias de clasificación. Para surtirme de una colección de ejemplares escritos por compañeros y amigos y publicados recientemente me di una vuelta por la sección de librería del Corte Inglés y la completé por sendas visitas a la Casa del Libro y a una de las tiendas de Beta y se me cayeron las pajarillas del sombrajo, avejentada expresión que vengo escuchando desde mis años mozos para expresar la sorpresa y desolación que se experimenta ante una situación adversa. Quien haya visitado en los días prenavideños el salón donde se lleva a cabo el tradicional sorteo del día veintidós y compare el bombo gigante de los números con el bombito de los premios se puede hacer cabal idea. Nunca se encuentra el número del décimo que se soñó como solución de penurias, ni la participación que se juega con la hermandad. Con los libros a cuya presentación acudimos a la Cruz del Campo, de la mano de ese mecenas sonriente que es Julio Cuesta, ocurre algo muy parecido. No hay manera de encontrarlos. En el océano turbulento de las continuas ediciones nacionales o mundiales amparadas por eficacísimas campañas de marketing, los pobres libros, nacidos sin más amparo que la confianza de Guadalturia, Jirones de Azul o alguna otra romántica editora similar y la tradicional generosidad de la Fundación cervecera, se pierden o desaparecen como náufragos irredentos. Total que me vine sin comprar y como estoy haciendo la maleta para despedirme de ustedes hasta septiembre, si Dios quiere, he empezado guardando en ella obras que ya había leido pero que me apetece mucho leer de nuevo. He empezado por “El último Imán de Ishbiliya” de Fernando Carrasco y no he seguido por “Un viejo puñal cofrade” o “Escalones de cera” porque casi me las se de memoria. Me ilusiona suponer que me aguardan indescriptibles momentos de lectura. ¡Felices vacaciones, amigos!

jueves, 26 de julio de 2012

Mi Gregorio se ha muerto también

El posesivo inicial no significa que me haya apoderado de ningún fiambre, sino que el don Gregorio al que rinden homenaje postmorten los periodicos y televisiones y cuya memoria honro y respeto desde aquí, no es el mío ni lo fue nunca. Mi Gregorio es otro hombre más sencillo, más elemental. Un cofrade de pueblo, maestro de obras, al que ayer dimos sepultura. Un hombre tan de cofradías que, sin él y otros que le secundaron, no existiría hoy la afamada Hermandad de los Blancos del Martes Santo saltereño. Fue en la Iglesia parroquial y antes hubo una segunda misa con exequias fúnebres para otra relevante figura de la religiosidad popular del contorno, el conocido como Pepe Reyes, José Reyes Estévez, pregonero insigne de la Virgen de la Oliva, cofrade de altísima categoría y periodista vocacional que, cuando difícilmente se encontraba en los periódicos información de la provincia, se ocupaba de que jamás faltase en ellos la crónica que hablaba de las festividades de su pueblo. Mi Gregorio y mi Pepe Reyes. Corría 1959 cuando Gregorio que se apellidaba Cotán y Cid, en unión de dos colaboradores eficaces que ya le precedieron en esa Carrera Oficial que habremos de recorrer todos, Bernardino Corral y José de la Orden se propusieron reorganizar una cofradía que había desarrollado una vida floreciente en el pasado, sobre todo en el siglo dieciocho, cuando salía el Jueves de Madrugada, pero que se había extinguido el doce de marzo de 1913, fecha de su último cabildo y lo consiguieron con tanto acierto que hoy muchos de los que gustan saborear momentos esplendidos de la Semana Santa de los pueblos se desplazan a Salteras el Martes Santo para verla procesionar por sus calles. En las grandes capitales dan pena los solitarios entierros de los viejos. Los coetáneos de los que alcanzan mayor ancianidad se han muerto ya cuando fallecen ellos y las iglesias aparecen desoladoramente vacías. No ha sido así en las honras fúnebres de Gregorio y de Pepe Reyes. Estandartes y varas de las corporaciones a que ambos pertenecieron formaron emotivos cortejos que precedían a los féretros. Y las gentes se apretaban a su alrededor. Como saben hacerlo hoy siguiendo las costumbres que heredaron de sus mayores estos pueblos de nuestra sencilla, hidalga y ejemplar Andalucía

lunes, 23 de julio de 2012

Escuelas veraniegas

Sabido es que la obligación primordial de un jubilado es atender la bolsa (la del pan, la de las verduras, la del periódico…) y servir de transporte, acompañante y vigilante de seguridad de sus nietos para ir y venir del colegio. Este pluriempleo se interrumpía durante las vacaciones y los abuelos podían entregarse relajadamente al disfrute del dolce far niente canicular. Pero eso era antes. Ahora los chiquillos van todas las mañana a la escuela de verano y los mayores de la casa, me resisto a emplear la palabra viejos, han visto prorrogada su encomiable misión. Es un buen invento. A la chiquillería se la mantiene distraída, fuera de peligros y ausente del hogar durante tres o cuatro horas, con lo que hay tiempo para llevar a cabo esas arduas tareas que exige el correcto funcionamiento de las economías domésticas y los responsables de su educación, directamente los padres y colateralmente los abuelos, encuentran un campo inédito de comprobación de sus técnicas de educar a la grey infantil. ¿Ah, pero los padres y los abuelos siguen teniendo responsabilidad sobre la educación de su gente joven?... ¡Cómo que si la tienen! ¡Y ahora más que nunca! El arbolito desde chiquitito. Y si alguien cree que esa es tarea asumida en su integridad por los componentes del sistema público de enseñanza está en un error grave del que se arrepentirá en un futuro en el que habrá de contemplar dolorosamente que se le ha pasado la oportunidad. Me hacía yo esta consideración el otro día tras leer en la página de sucesos la noticia de un sexagenario viudo, obligado a denunciar a su propio hijo en el cuartelillo de la Guardia Civil porque éste, al parecer caído en las redes de la droga, le agredía a patadas y puñetazos para que le diese dinero. Y esta mañana he vuelto a pensar en ello cuando una madre joven se rendía ante los puntapiés que le propinaba su irascible vástago, un mico de pocos palmos sobre el suelo, al que estaba llamando Kevin Cósner de Jesus, y le entregaba el euro que le pedía para comprar chuches. A esta mujer mañana me la puedo encontrar llorosa en la puerta del cuartelillo. Me dije a media voz rompiendo mi mudo soliloquio: Pero creo que ni ella ni su furioso Kevin Cósner de Jesus se llegaron a enterar. Menos mal.

viernes, 20 de julio de 2012

Patinazo de verano

Adivino el rubor de algún que otro director de prestigioso medio informativo. Entre sus encumbradas líneas se coló una noticia incierta. Había muerto José Luis Uribarri. Y el otrora indiscutible presentador y comentarista de Eurovisión permanecía vivo en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Montepríncipe con diagnóstico de hemorragia cerebral masiva espontánea. Grave, en situación crítica. Pero vivo. Si el tema no fuera tan serio cabría el recuerdo de aquel titular aparecido hace décadas en un periódico almeriense que ya no existe: “En huelga los delincuentes del Ayuntamiento”. Se trataba de los delineantes, claro. Por ahí debo tener alguna que otra carta suya, de José Luis, no de los delincuentes, náufragas rescatadas de galernas destructoras de viejos archivos. En aquel tiempo la literatura epistolar habia alcanzado un nivel de necesidad insoslayable en las relaciones afectivas y profesionales. Sin ordenadores, sin e-mails, sin móviles… no había otro remedio. José Luis Uribarri con la fluidez que hablaba, sacaba cuantas misivas quería de su máquina de escribir que sería una de aquellas Hispano Olivetti, vestidas de negro, eficaces y poderosas de las que nos serviamos los que deseábamos llevar al papel nuestras ideas. Y confirmábamos las noticias para no columpiarnos antes de darlas a la luz. "Muere la voz de Eurovisión", titulaba alguno de los grandes periódicos en sus ediciones de Internet "Se ha ido un excelente comunicador", declaraba José María Iñigo Que Dios te libre de las horas de las alabanzas, rezaba mi abuela. Cuando yo presentaba en Radio Peninsular “Caravana del disco” mantenía una relación continua con este compañero al que ahora han mandado al otro mundo antes de tiempo. Había que ser amigo de Iñigo porque él lo era de los gerentes de las grandes compañías discográficas que, entonces, antes de la crisis de la música grabada, nos surtían de novedades completando lo nuestro celtibérico que.en mi caso, giraba en torno a las promociones de Hispavox que coordinaba como agente comercial Rafael Ruiz Armesto. Era cuando el Pali embutido en una pelliza de las que vendía Pedro Roldán se iba todos los años a Madrid a los estudios de grabación de sevillanas y nos anticipaba las novedades de la Feria a mediados del mes de noviembre. A José Luis Uribarri todavía le quedaban muchos festivales de Eurovisión que presentar. Y probablemente aun no habían nacido algunos de los que ahora se acaban de pegar el resbalón del verano precipitándose en anunciar su defunción.

domingo, 15 de julio de 2012

La sombra y el sol

Así. En este orden. Primero la sombra que es luz atenuada con incursiones de oscuridad. Y luego el sol que lo inundará todo en una oleada caliente colmada de confiada ilusión. En los prolegómenos de la última corrida de los Sanfermines, transmitida en directo por el Canal Plus Toros, Manolo Molés, habitualmente dado a mostrar su fluida palabrería, daba la impresión de tener que buscar las frases acertadas para mantener un diálogo telefónico con ese excelente subalterno que es Vicente Yangüez El Chano, cogido de mala manera el día antes que le atendía inmovilizado en la cama del hospital. Era la oscuridad y hasta los malos presagios. Era la sombra. Luego se produjo el éxito de Padilla, aclamado por ese corazón gigante formado por los miles de corazones de los navarros que habían disfrazado a sus peñas de piratas con el parche en el ojo y hacían ondear agigantadas banderas de corsarios, rendidas ante el valor, la gallardía y el buen toreo del Ciclón de Jerez. “Padilla, maravilla”, le gritaban desde los tendidos de la plaza pamplonica todas las voces a una. Antes había declarado el Chano desde la blanca cama hospitalaria: “Yo tampoco me rendiré”. Épica y grandeza de la fiesta de los toros. 'El Chano' había sufrido la noche anterior en la plaza de Ávila un gravísimo percance al ser arrollado por un novillo de La Glorieta que le produjo la rotura de la vértebra L1. Actuaba en un festejo menor a las órdenes de Milagros del Perú y el percance sobrevino en el tercio de banderillas del último novillo que le arrolló a la salida de un par dejándole inmóvil en la arena afirmando que no sentía las piernas. Fue evacuado al Hospital Clínico Universitario Virgen de la Vega de Salamanca para ser tratado por especialistas en neurocirugía. El futuro es incierto. El torero ha pedido que le lleven a las proximidades de su domicilio, en Parla, para estar cerca de su familia. Si no fuera por eso se le podría sugerir que se viniese a Sevilla donde su presencia departiendo en los veladores de la terraza de Las Piletas tras los muchos festejos en los que intervino en la Maestranza teniendo que desmonterarse en ellos, se había hecho familiar. Aquí, precisamente, un cirujano traumatólogo, el doctor Fernando Fernández Mancilla, en la actualidad médico consultor honorífico de la Unidad de Columna del Hospital Virgen del Rocío, recompuso el maltrecho espinazo de Jesulin de Ubrique, tras su espeluznante accidente de tráfico, de manera tan espectacular que su descripción acompañada de secuencias filmadas sorprendió a los miles de televidentes del programa de toros que yo hacía en Giralda Televisión, cuando todavía no era emisora municipal, disparando su audiencia al ser repetido días más tarde. El sol tiene que salir también para El Chano como ayer alumbró incontenible a ese indomable ejemplar de la raza humana que honra a la profesión taurina y se llama Juan José Padilla.

lunes, 9 de julio de 2012

Y a las ocho el encierro

Moshi… los Espárragos … el paté de pato y oca… ¿se acuerdan? Cuando la voz del comentarista guardaba silencio, el encierro mañanero se convertía en un colorista escaparate de productos navarros. La transmisión en directo de los encierros de las Fiestas de San Fermín por la Uno de TVE sigue acaparando adictos. Un 71 % siguió el primero lo que en la actualidad con la proliferación de cadenas y la fragmentación de las audiencias constituye un sabroso bocado para los contratantes de publicidad. Sin embargo no hay mensajes comerciales en la televisión nacional. Ni se escucha tampoco la voz del veterano Javier Solano, profesional de acreditada solvencia que ha cedido su sitio a la sonriente y optimista Pilar Garcia Muñiz. y su equipo de madrileños disfrazados de corredores con el pañuelo rojo al cuello.. Hoy ha dicho una reportera que los toros de Cebada Gago habían hecho honor a su fama de peligrosos dejando tras la carrera varios contusionados y tres heridos: dos por puntazos y uno por asta de toro, con lo que es posible que haya sembrado la duda de si los puntazos han sido de alfileres. Pero sigue colaborando la tele a la difusión de la gran fiesta de España que en Pamplona se internacionalizó sobre todo desde los escritos de Hemingway, aunque el admirador y amigo del gran Antonio Ordóñez nunca entendió de toros, así que la reportera puede sentirse tranquila. De toros, lo que se dice toros, no entienden ni las vacas. Eso es sabido. Aunque haya quien ante un micrófono desborde una insufrible verborrea atreviéndose a calificarlo todo, describirlo todo y contar cualquier clase de historias… salvo las que sirvieron para componer los pasodobles taurinos cuyos títulos siempre ignorados, se sustituyen por un genérico “suena la música”. Dejar la cama en Julio antes de las ocho que es hora casi de Diana cuartelera tiene su aquel, pero ya ven, una audiencia espectacular el primer día que supongo se ha seguido manteniendo en los demás. ¿Dónde se anunciaran ahora los Espárragos de Navarra y el colchón Moshi de los dulces sueños?

miércoles, 4 de julio de 2012

La cabeza perdida.

Sevilla perdió la cabeza como todo el mundo con el éxito de la Selección y la quieta figura que preside la monumental fuente de la Puerta de Jerez la perdió también. Se la quitaron. Lo primero fue un acto lógico. Lo segundo, irracional. Que la pobre nereida que representa una alegoría de la histórica Híspalis según la concibió Delgado Brackembury, fuese decapitada como princesa gala en el ara de la naciente república francesa, no dispone de otra explicación que no sea el arrebato arrollador de la ignorancia y el desprecio de algunas multitudes por lo ajeno. En una visita al puerto de Hamburgo me explicaba mi guía que los niños de la Ciudad Hanseática tenían la obligación de hacer redacciones infantiles en torno a la riqueza monumental de la urbe en la que habían nacido para aprender a amarla desde el respeto. Hace años se me ocurrió la idea de un programa de televisión que una productora local que dirigía Epifanio Rojas, profesional de gran experiencia adquirida en la Uno de la tele española , decidió producir y vendió a Canal Sur. Se titulaba “Con la voz de las estatuas”. La sinopsis de cada capítulo giraba en torno al proceder de un cochero de carruaje de caballos que cuando transportaba a algún turista solía detenerse ante los monumentos escultóricos que jalonan las calles y plazas de las capitales andaluzas y narrar, en pintorescas evocaciones la historia del personaje que lo presidía. Este, abandonaba su inmovilidad y completaba con secuencias dramatizadas de su propia vida lo que contaba el auriga. Así resumimos las biografías de Gustavo Adolfo Becquer, Daoiz, Averroes, Manolete, Cristobal Colón, Blas Infante… Con poco presupuesto, pero cargados de ilusión recorrimos las ocho capitales de Andalucía que estuvieron representadas en la pequeña pantalla con lo más selecto de su escultórica de plazas y jardines. Hoy Antonio Bustos prosigue sus incansables y, en ocasiones heroicos esfuerzos para divulgar la cultura andaluza desde Sevilla. Todo ello no basta. El dolor de cabeza de la nereida hoy no lo quita nadie. Aunque se provea de abundantes aspirinas y las tenga que abonar en copago.