martes, 30 de junio de 2009

José Tomás en La Maestranza.

Cuenta Francisco Narbona en “Manolete, cincuenta años de alternativa” que, en 1945, el año definitivo del monstruo cordobés, cortó la primera oreja en Valencia y en Sevilla estaba anunciado en cuatro carteles entre los que figuraba el encierro de Miura que, en los corrales de la Venta de Antequera, había causado excelente impresión.

Cortó oreja todas las tardes y, en las dos primeras, en competencia con Carlos Arruza. Otro matador mejicano que le ve desde el tendido es Silverio Pérez que, después de la última corrida de feria sale con las manos en la cabeza y pregunta a sus amigos sevillanos: “Y éste…¿siempre hace lo mismo?”… Y, cuando le responden que sí, el mexicano sentencia: “Pues, entonces, lo mejor es hacer la valija y volvernos a casa”.

Ese año, pleno de carestías y dificultades de posguerra, hubo quien hasta llegó a empeñar enseres domésticos con tal de disponer de algún dinero para comprar una entrada y ver a Manolete.

Con matices, la historia parece que quiere repetirse.El domingo torea José Tomás en Barcelona. Una gesta.Porque se enfrenta él solo a seis toros. Una encerrona para decirlo con palabras taurinas. Estamos en crisis. Aumentan las cifras del desempleo hasta límites mareantes, pero ya prácticamente no quedan entradas y el responsable de una página web dedicada a la intermediación, declaraba a Juan Ramón Romero en el programa “Carrusel taurino” que las que valen setenta euros en taquilla se están cotizando ya a más de tres mil. Una auténtica locura.

Se aprecia con claridad que los públicos no acuden a los cosos taurinos cuando los protagonistas de la fiesta no despiertan el interés y la pasión que siempre estuvieron entre sus tradicionales ingredientes.

No está el toreo en peligro de extinción. Ni pueden los repetidos y pesadísimos críticos de la fiesta conseguir eco alguno por pírrico que sea en sus ridículas campañas.

Con la adaptación a las circunstancias del momento, los hechos se repiten. Yo, por ejemplo, no he podido olvidar todavía las últimas tardes, cuatro fueron, en las que, como aquel año Manolete, cortó orejas José Tomás en el coso del Baratillo. En la que cerró el ciclo ante una muy seria corrida de Miura que había admirado la afición en los corrales de la Venta de Antequera, como la postrera a la que se enfrentó el solito Juan Antonio Ruiz Espartaco.

Mi compañero Chano, gran médico y dilecto amigo, dice que los de mi edad integramos un grupo de riesgo y que tenga cuidado con el sol que me reblandece la sesera.

No le hago mucho caso. Hasta ahora me encuentro bien… ¿o, no?

sábado, 27 de junio de 2009

¿Los periodistas, perros del poder?

“Si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes, España no sería hoy una cloaca. Ante el miedo a que los ciudadanos conozcan sus fechorías, las ratas, asustadas, se habrían escondido en sus madrigueras. Pero sin auténticos periodistas que digan la verdad y denuncien los abusos y corrupciones del poder, los miserables se tornan impunes y tienen todo el campo libre para cazar.
Si los periodistas hubieran hecho bien su trabajo en España, la democracia no habría sido asesinada por los partidos políticos y transformada en una oligocracia sin dignidad ni respeto.
El periodismo libre es la columna vertebral de la democracia, pero el periodismo sometido es el sostén de la tiranía. El periodismo español está enfermo porque hay demasiados profesionales que han renunciado a la independencia, que no propagan la verdad, sino la verdad del poder, que es muy distinta, y que se han sometido a cambio de dinero, privilegios o, lo que es todavía peor, en espera de ser recompensados por los poderosos. Aquellos periodistas que aportan luz, información independiente y verdad, son los guardianes de la democracia, pero los que se han sometido son "los perros del poder".

Estas palabras tan duras son las que utiliza Francisco Rubiales para presentar un libro que acaba de escribir y que titula de forma parecida ("Periodistas Sometidos. Los perros del poder" Editorial Almuzara, 2009). Es el tercer y último de la trilogía de pensamiento político que comenzó con “Democracia Secuestrada” (Almuzara 2005) y continuó con “Políticos, los nuevos amos” (Almuzara 2007). Se trata de un trabajo al parecer de investigación y crítica del que se hace eco la Asociación de la Prensa de Sevilla a la que debo la información recogida en su Boletín de Internet.

Obviamente, frases tan implacables no pueden aceptarse tal como quedan expuestas.La generalización siempre me ha parecido peligrosa y, cuando menos, inconveniente e injusta. Y a las afirmaciones de Rubiales aplico este criterio.

Creo que hay muchos periodistas españoles que han hecho y siguen haciendo bien sus deberes, lo cual no obsta para reconocer que demasiados profesionales se han provisto del salvoconducto de un carnet que les obliga a renunciar a sus criterios para someterse a los que les impone el partido o sindicato al que pertenecen.Pero “desgrasiaito de aquel que come en manita ajena,siempre mirando a la cara si la tiene mala o buena” que decía la letra sabia del viejo cante flamenco. Son periodistas apagados que vendieron su independencia.

A cambio hay otros y por ahí andan, arrastrando su desengaño pero incólumes en su dignidad, que fueron traicionados por el medio al que servían y que, cuando el político corrupto al que denunciaban acudió a los tribunales y el periódico o la emisora donde se publicaron sus denuncias consideró que podían perder el pleito, negociaron con la parte contraria la cabeza del periodista al que por toda condena impusieron el silencio.

No son, pues, Francisco Rubiales, los periodistas “los perros del poder”. Algunas empresas periodísticas, sí.

Usted, que creo que fue periodista, antes de dedicarse hoy a la publicidad, sabe bien que el periodista que hace investigación, es un suicida si no está seguro de hallarse acogido al paraguas protector del medio en el que trabaja. ¡Ay de él si éste, el medio, cambia de criterio cuando cambia de director!

jueves, 25 de junio de 2009

Excusa banal para una ausencia gris.

Rosa María Calaf, ese rostro esporádico de la televisión nacional hasta hace unos meses, corresponsal allende los mares de la Uno, recogió en Gerena una de estas noches pasadas, el Premio de Comunicación Manuel Alonso Vicedo, que ha alcanzado su décima edición.

El galardón le fue entregado por el alcalde de la localidad, Jacinto Pereira. Y el acto, que se celebró en la Hacienda Torreón Nazarí con la asistencia de unas 400 personas, fue presentado por Diego Carcedo, igualmente corresponsal de TVE en Lisboa y Nueva York y ex director de Radio Nacional de España.

Junto al premio citado también se otorgó una mención especial a la Asociación de la Prensa de Sevilla con motivo de su centenario. La presidenta de la entidad, Nani Carvajal, fue la encargada de recoger la distinción de manos de la vicepresidenta de la Diputación de Sevilla, María José Cervantes.

Leo todo esto en el Boletín de Internet de la Asociación y concluyo amargamente que alguien debe rescatar del sótano de los trastos inservibles a todos esos colegas de brillante ejecutoria en el mundo de la comunicación que permanecen injustamente olvidados. Me sorprende cada año este premio que lleva el nombre de quien fue mi gran amigo, Manuel Alonso Vicedo. A Roberto Dorado, uno de los primeros cámaras de la televisión territorial, aun no se lo han dado. Ni a Chano Amador, posiblemente el último integrante de la primera plantilla de locutores de la COPE, cuando era Radio Vida a la que contribuyó a crear.Ni a Manolo Toro y a José Manuel del Castillo que le acompañaron después. Ni a Carlos Schlater,fundador de “Saeta” el primer programa radiado de la Semana Santa, que se murió el otro día…

No,señor. No sirven. El primer premio se lo dieron a Iñaki Gabilondo. Y el último,ya ven. Pude haber asistido porque Gerena pilla cerquita de Salteras donde vivo. Seguramente alguien se habrá preocupado de informarme de todo esto, sobre todo los componentes del Ayuntamiento que, además, hasta puede tener algún eficaz y retribuido encargado@ de las Publics Relations... pero,hijos míos@, ¡qué falta de oficio nos invade con la puñetera jubilación!... ¡Se me ha debido de traspapelar todo! Empezando por la invitación al acto. Así que no he podido estar allí.

De verás que lo siento. Espero que si algún día se les ocurre invitarme para dar un Pregón no pierda los papeles.

Y si los pierdo que los recoja Diego Carcedo.

martes, 23 de junio de 2009

De circunstancia.

Contemplando la foto de uno de los miembros del segundo escalón de nuestro actual gobierno que ilustraba una relevante noticia de la recaudación de impuestos me acordé el otro día de una chiquita que se sometió a las pruebas para ver si era contratada como presentadora en aquella televisión primitiva que tenía sus estudios en el sevillano Paseo de a Palmera.

Era monilla y daba bien y, por si fuera poco, siempre que terminaba de trasladar a las entonaciones de su voz uno de aquellos textos que había que leer mirando alternativamente a la cámara porque el servicial “autocue”, pantalla que hoy lo proyecta al lado del objetivo, aun no se había inventado, terminaba su intervención con una sugestiva sonrisa.

La contrataron en pruebas y entonces se descubrió el aspecto negativo de esta actuación.Porque cuando el texto hablaba de un premio o de un proyecto feliz, la sonrisa angelical iba muy bien, pero cuando se trataba de dar los muertos de un fin de semana en la carretera, le caía como a un santo dos pistolas.

Ante situaciones como ésta,he pensado siempre en la generosidad de nuestro idioma que dispone para el rostro adecuado a estos temas ingratos la llamada cara de circunstancias.

Esta es la que la guapita aspirante a presentadora no sabía poner ni el miembro de nuestro ilustre gobierno tampoco. Este señor se llama Carlos Ocaña y lo ha demostrado antes y después de comparecer en la Comisión de Economía y Hacienda en el Senado para explicar las perspectivas del déficit de las Administraciones Públicas para el 2009 y los efectos de la crisis económica sobre la recaudación tributaria. Una cuestión nada divertida como puede verse sobre todo porque en esa sesión Ocaña reitera que el Gobierno podría suprimir la deducción de los 400 euros en el IRPF en 2010.

Pero todo esto el relevante miembro gubernamental lo ha envuelto en una sugestiva sonrisa con la que incluso ha llegado a posar ante los objetivos de los fotógrafos.

Si, tras el reciente aumento de los gravámenes de los hidrocarburos y el tabaco,el secretario de estado de Hacienda reconoce que para el 2010 el Ejecutivo revisará el marco fiscal para compaginar los efectos de la crisis económica sobre la recaudación tributaria, el ciudadano medio se echa tembloroso la mano al bolsillo y si, encima, contempla cómo el señor Ocaña rubrica este negro futuro con una abierta sonrisa, no tiene más remedio que preguntarle:

¿Y usted por qué se ríe?

domingo, 21 de junio de 2009

Los millones de la tele.

Suelo ver todas las tardes el programa de Antena tres “¿Quiere ser millonario?” por razones obvias relacionadas con la intervención del presentador que deducirán con facilidad quienes me conozcan y los demás podrán colegir si se detienen en su apellido y lo comparan con el mío.

Por estas razones y por otras más, entre las que ocupa relevante lugar mi aversión a la crítica televisiva motivada por haber trabajado en ella y padecido no pocas veces el análisis injusto, cuando no ignorante o malévolamente interesado, de una producción mía, me sitúo a años luz de pretender enjuiciarlo.

Pero voy a hablar de él trasladando a ustedes una pregunta que suelo hacerme ¿conseguirá alguien alzarse con el triunfo máximo del concurso? ¿Tendremos millonario alguna vez?...

Cuando Radio Nacional de España disponía de una emisora comercial,Radio Peninsular, creada por uno de esos genios de la radiodifusión hispana al que no creo que se haya hecho merecida justicia, llamado Máximo Estévez, la dirección de publicidad de Nestlé que encabezaba otro comunicador extraordinario y admirable, Jorge Garriga, depositó en mis manos las riendas de un concurso radiado que pronto se hizo muy popular, “Cuarenta y tres granos de café” para que ocupara una franja horaria que cubría el target de consumidores que deseaba la empresa.

Era una idea sencilla, pero comercialmente de gran eficacia: Tomando como base el argumento de marketing de que cada cucharadita de Nescafé contiene cuarenta y tres granos de café purísimo, trasladada a un jingle musical muy pegadizo, cada concursante tenía que contar, con voz alta y clara, cuarenta y tres en cuarenta y tres segundos exactos. Si acertaba a hacerlo en el mismo tiempo que invertía el reloj ganaba cuarenta y tres mil pesetas.Si se pasaba o no llegaba, cuarenta y tres duros de la época, o sea doscientas diez.

La prueba consistía en situarse de espaldas a un gigantesco cronómetro que se activaba coincidiendo con la orden de actuar dada al concursante. El público podía ayudarle, avisándole para que se apresurase más o menos, pero pocos fueron los que alcanzaron la difícil coincidencia.

Y el caso es que todos los componentes del programa deseábamos que esa circunstancia se produjera. Más rentable social y publicitariamente resultaba dar uno o muchos primeros premios que escatimarlos.

Eso sigue repitiéndose hoy. Y es garantía de la pureza y transparencia de la mecánica de estos concursos de las que debían tomar ejemplo otras convocatorias concursales del actual panorama recreativo y cultural hispano. Las literarias…por ejemplo.¡Hay cada concurso de novela, de cuento y de poesía por ahí que están pidiendo a gritos la intervención de un crítico televisivo!

viernes, 19 de junio de 2009

El olor de la pobreza

Cuando ejercía de capellán en la Iglesia de la Misericordia, mucho antes de ser proclamado Obispo de Jerez, me sugirió don Rafael Bellido Caro,del que no ha mucho ha recogido en un libro necesario sus frases y pensamientos mi compañero Andrés Luis Cañadas, que hiciera un reportaje en el Vacie, uno de los primeros e históricos asentamientos chabolistas de la ciudad.

La idea le pareció buena a mi director de la emisora en Sevilla de Radio Nacional que entonces era Manuel Delgado Aranda y, durante dos o tres días, estuve trabajando allí, grabando un montón de cintas que luego sirvieron para componer
un master lleno de esas vivencias descarnadas que tienen su asiento en la pobreza extrema.

Los rostros curiosos y demacrados de los niños, el barro de las calles, su trazado tortuoso… todo eso habitó mi recuerdo días y días después.Pero sobre todo, el olor,el mal olor,la pestilencia. La pobreza huele mal,comprendí entonces.

Años más tarde, un compañero de televisión acababa de regresar de la India y me lo confirmó. Es lo que más recuerdas cuando te vienes, me dijo.

Vicente Ferrer no quiso venirse nunca. Llegó como misionero jesuita en 1952 .Fue expulsado en 1968 por las suspicacias que despertó su labor entre las autoridades.
Pero cuando regresó un año después, la entonces primera ministra Indira Gandhi ordenó que le concedieran el visado y continuó con su tarea.

Creó allí, venciendo todo tipo de dificultades una organización que lleva a cabo su labor humanitaria en Andhra y presta ayuda a más de dos millones y medio de personas en ese estado del sur del pais.

Abandonó la Compañía de Jesús y continuó trabajando hasta el final de sus días por la mejora de las condiciones de vida de los más pobres.

Hoy, este español gigantesco está en las portadas de los grandes rotativos.
Tal vez con menor espacio del que debía dedicarse a narrar minuciosamente su ejemplar epopeya.

miércoles, 17 de junio de 2009

El Sevilla homenajea a Sánchez Araujo y Luis Carlos Peris

La información gráfica tiene un pie que dice:José Mª del Nido ha galardonado al periodista de Diario de Sevilla, Luis Carlos Peris. / Fotos: Manuel Gómez

Aparece en el ejemplar de hoy del periódico citado. Tal cual la tomo de su edición en Internet. Luis Carlos recoge un estuche de esos de joyería que guardan placas grabadas cuyo contenido se muestra en sombras. Para mi el documento no tiene desperdicio y voy de inmediato a descubrir sus claves.

El presidente del Sevilla ha regalado a los dos homenajeados una reproducción del escudo del club que campea en la fachada del estadio.No se ve en la foto. Y no es que esté mal captada.Manuel Gómez es un excelente profesional. Pero Luis Carlos es bético. ¿Se imaginan ustedes en las actuales circunstancias sostener como preciado tesoro la insignia del Sánchez Pizjuán?. Hay ocasiones en las que la prensa demuestra una exquisita delicadeza. Esta,por ejemplo.

Tampoco sonríe el admirado compañero y eso que el acto cuentan que fue distendido y cordial como debe ser. Luis Carlos se ha vestido de gala.No ha abandonado el verde, ¡vade retro,eso nunca!,y se ha sentado a comer al lado del presidente sevillista.

En la otra banda, flanqueando al anfitrion, José Antonio Sánchez Araujo. Juntos han venido andando ambos por esos mundos de Dios,Luis Carlos en la prensa, Araujo, en la radio recogiendo en los estadios en los que jugaba el conjunto sevillano que no lo hacía en casa, las incidencias de cada partido. Del comentarista radiofónico dijeron sus compañeros que había sido el autor de un estilo,propio,original e irrepetible al que llamaron la “narrativa Araujo”. De Luis Carlos escribió días atrás,Paco Robles en “El Mundo” con notabilísimo acierto que era el autor de la “media verónica literaria”.

A los dos les ha llegado la hora de la jubilación y por eso los homenajes. “Dicen que no son tristes… las despedidas… y yo les recomiendo… que se despidan”…
Sí es verdad. Pero no hay que olvidar que jubilación viene de júbilo.

Luis Carlos me decía la semana pasada que eran numerosos los homenajes parecidos a éste que le habían organizado. Sánchez Araujo supongo que podrá decir otro tanto. Es bonito y gratificante empezar así ese nuevo capítulo de la vida.
Sobre todo cuando se deja atrás “la narrativa Araujo” y “la media verónica literaria” y uno puede decir con el ademán de Curro tras un desplante: “Ahí queda eso”.

martes, 16 de junio de 2009

En defensa de “Toros para todos”.-

Comprendo que alguien tiene que hacerlo, pero yo no sería nunca crítico de televisión. Tal vez porque he trabajado en ella desde aquellos ya lejanos tiempos en los que aun no había llegado el vídeo y un set televisivo tenía mucho parecido, aunque tirando a pobretón de quiero y no puedo, con esos de Cifesa donde se hacía aquel cine español que se veía tan poco.

En esa época cuando algún compañero se ponía muy pesado desde las páginas o las ondas del medio en el que ejercía la profesión, los que estábamos dentro de la tele y eramos la victimas propiciatorias del tira al pato de su calle del Infierno particular sabíamos que había una fórmula magistral para poner sordina a su disidencia: invitarle a que se viniera con nosotros.

Hoy han cambiado mucho las cosas.No solo porque llegó el vídeo y la informática avanzada, sino porque aumentaron el número de televisiones y de programas a criticar.

Compadezco a quien tenga que sentarse horas y horas analizando las producciones que saltan y aun incompresiblemente se mantienen en la pequeña pantalla y estoy dispuesto, para compensar su impuesto masoquismo, a discernir comprensivamente algunos de sus juicios.

Ahora bien el que emitió días atrás Luis Miguel Fuentes en su columna “Somos zapping” titulado “Pesadillas absurdas” en la separata de Andalucía del diario “El Mundo” del pasado domingo me pareció una pasada. Y lo siento porque Fuentes me cae muy bien. Aun recuerdo aquellos bellísimos reportajes de la serie “Andalucía en Autobús" que galardonaron con el Primer Premio de la IV Edición del Premio Nacional de Periodismo de la Asociación Española de la Carretera, distinción que no habría de extrañarle tras haber logrado el Eduardo Mendicutti en 2001.

Por eso me extraña cuanto escribe sobre Enrique Romero y el programa “Toros para todos” de Canal Sur. No solo porque siempre me ha parecido de discutible gusto criticar a un compañero recordando aquellos manidos axiomas del periodismo romántico “con el pan como hermanos…con la noticia ,como gitanos” y otros similares, sino porque opino que este programa es uno de los mejores que ha ofrecido la televisión andaluza.

Desde Felix Rodríguez de la Fuente creo que no se hacía nada igual y,si bien se viene admitiendo que existe un antes y un después de la irrupción de Felix en la historia de la ecología en España, afirmo personalmente que algo muy parecido se ha producido con el programa taurino de Canal Sur.

Me gustaría sugerir al admirado columnista de “El Mundo” que lo siga viendo y que deje las distorsionadas gafas de crítico a su lado y anote con su inspirada y bien cortada pluma todo lo que de aquí en adelante le pueda sugerir Romero y su equipo sobre la crianza en el campo de ese animal único que es el toro bravo.

domingo, 14 de junio de 2009

Eucarístico Junio sevillano.

No han tenido tiempo para rellenar un impreso oficial solicitando una subvención extraordinaria. Está muy lejos de sus propósitos hacer ostentación pública en cabalgata detonante de colores chillones de su condición sexual.

Han hecho lo de siempre y como siempre y han hallado las generosas colaboraciones de siempre. Han abierto las altas vitrinas y los arcones macizos. Han vaciado altares y trasladado delicadas muestras de la imaginería de siglos hasta los pasos de salida. Se han quebrado las muñecas limpiando plata. Y han alisado ropajes densos recamados de bordados de viejo oro.

Cuando todo ha estado a punto han salido a la calle cubriendo recorridos cercanos de calles antiguas. Así lo hicieron en la collación de Santa María Magdalena con la imagen del Dulce Nombre de Jesús,de Jerónimo Hernández, titular de la Hermandad de la Quinta Angustia,la Inmaculada Concepción que se hiciera en Mejico y la Custodia con el Santísimo uno de los tesoros de orfebrería más importantes de la ciudad

Más allá del puente y desde Santa Ana la catedral de Triana, no habrán dado las diez cuando se habrá iniciado el Corpus Chico con el Niño Jesús, Santas Justa y Rufina,la Inmaculada Concepción y la custodia con el Santísimo.

En San Bartolomé no llevarán custodia sino al Santísimo bajo palio.

La procesión de San Isidoro saldrá más tarde, a las doce. Y a la misma hora la del Sagrario de la Catedral que no excederá en su recorrido como es tradición los límites del patio de los naranjos.

Así hasta trece procesiones en total para honrar a Jesús Sacramentado.Porque a los barrios tradicionales se van uniendo los nuevos: Nervión, Rochelambert, San José Obrero, Los Bermejales, La Barzola…

Todo un derroche, una demostración de fe, arte y cultura no únicamente reservada a la figuración material, sino abierta a la explosión sonora con aportaciones tan singulares como los acompañamientos de las bandas de cornetas y tambores del Cristo de las Tres Caídas tras la Inmaculada, y banda de Santa Ana, de Dos Hermanas, la Banda de los Angeles de la Barriada de Su Eminencia, la Agrupación Juvenil Nuestro Padre Jesús de la Salud,la del Cristo de la Sangre, las Bandas de Música de Las Cigarreras,de la Virgen de las Angustias, la de Madre de Dios de los Desamparados, la municipal de Aznalcollar, la de Tejera, la del Carmen de Salteras…Y hasta el Grupo de Tamborileros de Villamanrique, todo un conjunto sinfónico rociero, con la procesión de Nuestra Señora del Mar en los Bermejales.

¡Qué dispendio! ¿Cuánto cuesta esto?... Repasen ustedes pacientemente los presupuestos oficiales…

¿Y quien paga las nónimas de tanto y tan cualificado personal de priostes que hacen posible este milagro anualmente repetido, cuando el trigo granea y reverdecen los racimos ?...

Sevilla no sabe valorar todo esto. Posiblemente porque no tiene valor. Y porque con su dignidad y señorío secular, se sonrojaría si se le pusiera precio.

viernes, 12 de junio de 2009

Monumento a Manolo Vázquez.

Manolo Vázquez ya tiene monumento frente a la plaza de toros. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, lo ha inaugurado a la una de la tarde del Dia del Corpus en presencia de numerosas personalidades de la ciudad, entre las que se encontraban los matadores de toros José Ortega Cano, El Cid y Eduardo Dávila Miura.

La estatua se ha situado en el Paseo de Colón, cara a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, plaza que fue escenario de algunas de sus grandes faenas y ha sido realizada por el escultor e imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte, representando un momento característico del torero de San Bernardo, dando frente al toro para pasarlo por naturales.

Yo me he acordado de unos versos que le escribí con motivo del homenaje que le tributó Itase al cumplirse sus cincuenta años de alternativa y que, cuando se los leí, merecieron un comentario que describe su carácter. Manolo me dijo:

-- Muy bonitos. Pero tú no exageres.

El toreo de Manolo
era ese alado toreo
que no acusó titubeo
al taurino protocolo.
El estoque un gladiolo.
Y la muleta, una rosa.
Y, entre los dos, primorosa,
la dinastía vazqueña.
Todo un cartel, una enseña
De tauromaquia gloriosa.
Despacio,muy despacito,
derramando torería
y llenando de alegría,
La voz en el breve grito:
“Embiste, toro bonito!
Que, aunque despacio, no tardo
en desgranar,nardo a nardo,
el florido silabeo
con que aroman mi toreo
los duendes de San Bernardo”
El pecho a la res mostrado,
con la figura fulgente.
Consigo mismo, exigente,
y hacia el peligro encarado.
Con el estoque a su lado
y la muleta chiquita
desafiaba en la cita
de la afición más cabal.
“¡Asi se da el natural!”,
hasta en hogaño se grita.
Siempre mirando de frente,
al torear, que es lo bueno,
guardando el pulso sereno
mientras temblaba la gente
y se cruzaba valiente
del uno al otro pitón.
El gesto ponía emoción
desde la grada a los pies
y Manuel Vazquez Garcés,
frente al toro,el corazón.

miércoles, 10 de junio de 2009

El Corpus.

Una vez más,gracias a Dios,la mariana y eucarística Sevilla volverá a mostrarse en honra y oraciones de romero y juncia hacia el Cuerpo de Cristo, ese Corpus Christi que, en el pareado sencillo, redactado como avanzadilla de slogan publicitario, de los tres jueves del año que relucen más que el sol,Jueves Santo,Corpus Christi y el Día de la Ascensión,se mantiene a duras penas con el Jueves Cofrade respetando la ubicación en el almanaque y el color festivo de la jornada.

Las dos conmemoraciones siempre estuvieron unidas precisamente por las cofradías. De las representaciones sacras que se llevaban a cabo en los carros y medios carros acogidos en los recodos de plazas y callejas donde actuaban compañías del estilo de la Comedia del Arte interpretando breves piezas adecuadas al Misterio Sacratísimo, denominadas passus, tomaron los primeros cofrades el modelo para los altares movibles de sus imágenes que terminaron denominando precisamente así, pasos.

Y de las escenas sobre aquellos escenarios rodantes asumieron los ejemplos para representar las páginas evangélicas de la Pasión en los que actualmente conocemos como pasos de misterio.

Sin las cofradías,el Corpus en Sevilla no sería lo que es. Ni sin el quehacer esforzado de ese cofrade ejemplar que se llamó Juan Castro Nocera, precursor y pionero de una escuela que afortunadamente ha encontrado diligentes seguidores.

Han corrido los años, las costumbres y las ideologías. Ya no cubre el ejército las calles del itinerario desde las primeras horas de la mañana, con casco de hierro y guantes blancos.Ni Antoñito Procesiones, con sus enormes pies como transatlánticos, va anticipando la tarea de los barrenderos, llevándose delante de la Banda de Música el romero que tapiza el enlosado. Pero habrá más representaciones de Hermandades con estandarte y varas a las que las sacramentales añadirán los rojos cirios eucarísticos. Los niños “carrancanos”, los “que arrancan” la procesión, seguirán iluminando la mañana con las luces parpadeantes de sus hachetas cuyas gotas de cera caerán sobre sus cubrecabezas de cartón y estaño y el itinerario será el mismo, el de siempre, el que se ha seguido desde el siglo catorce,sesenta días más tarde de la Resurrección,el jueves siguiente a la Octava de Pentecostés.


- Puerta de San Miguel
- Plaza de San Francisco
- Calle Sierpes
- Cerrajería
- Cuna
- Plaza del Salvador
- Calle Francos
- Placentines
- Plaza Virgen de los Reyes
- Y entrada por la Puerta de Palos de la Catedral

Cambiaron los nombres de la topografía.Pero se mantuvo el recorrido y la composición del cortejo al que en esta ocasión como importante y gozosa novedad, se ha incorporado un nuevo paso con la Imagen de Santa Ángela de la Cruz, devoción y orgullo de Sevilla.

Nadie más podría completar con tanta autoridad una de las más queridas tradiciones de la ciudad que la vio nacer.

lunes, 8 de junio de 2009

Lenguaje sin palabras.

Fue al filo de las diez , a la caída de la noche,al lubricam como dirían los rocieros antiguos de Villamanrique… cuando se asomaron a todos los televisores doña Maria Teresa y don Alfredo.

Se situaron detrás de los sofisticados atriles transparentes y dijeron, o, mejor, dijo ella porque él permaneció callado, aquello que ya se sabia porque lo habían adelantado como fruto de una encuesta que se demostró acertada, los molestos informadores de la fementida emisora de los curas: que el gallego de la barba había ganado por goleada y que el piloto estratosférico de la conjunción planetaria había sufrido un bofetón del que todavía se tambaleaba.

Dijeron eso con los datos a sus espaldas, pero sobraban las palabras: con los números y sobre todo con su actitud modosita y circunspecta hubiese bastado y sobrado.

Cuando llegó el día siguiente todos los maquilladores y las maquilladoras, no faltaba más, fueron llamados a rebato y cada uno tiñó, hermoseó, decoró o falseó la evidencia según le habían ordenado. Y los micrófonos recibieron una oleada de frases confusas y las cámaras recogieron gestos inesperados.

Como en la comparecencia de la pareja singular, las palabras sobraban. Don Alfredo puede ser feo, que lo es con ganas, pero tonto no es. Y doña Teresa, con su eterna convicción de paraguas contra tormentas y de alcuza contra engranajes corroídos, tampoco.

Así que hablaron lo justito y desaparecieron por el foro.

No hay mejor simbología que la de los gestos. Por eso la aprovecha siglos ha la mejor diplomacia. Los gestos y las escenas que hablaban por sí solas eran recogidos, al filo de la noche, cuando acababan de dar las diez, al lubricam, todas las cámaras de todas las televisiones y todos los objetivos de todos los fotógrafos.

Yo recibí una anticipación: Cuando salí de mi casa para ir a votar, encima del mostrador de los buzones de correspondencia habían fijado a la pared una foto de la pobrecilla Marta del Castillo convocando una manifestación en demanda de esa justicia tan reiteradamente reclamada con millones y millones de firmas.

Debajo, se apilaban los sobres abiertos de la propaganda y las tarjetas censales de las oficinas del censo electoral.

viernes, 5 de junio de 2009

Yo sí voy a votar.

Cosa sabida es que el domingo son las votaciones para el Parlamento Europeo. ¿O no?...
La oficina del Censo electoral envió en tiempo y forma las tarjetas censales y los profesionales de la política se han encargado de hacer la correspondiente campaña… ¿Si…?

De manera que el domingo iremos mi parienta y un servidor provistos de nuestros documentos de identidad a depositar el voto.

No me ha sido excesivamente fácil conseguir su compañía. Casi he tenido que emplearme a fondo con una cadena de argumentos de los que voy a prescindir aquí por diversas razones entre las que se halla el profundo respeto a la libertad de cada cual.

Es cierto que el desapego de la ciudadanía con el quehacer de la política se ha puesto de manifiesto estos días de manera evidente. Y también que se vota para algo alejado y confuso que solo se muestra en nuestra cercanía a lomos de subvenciones. Que la Europa que se soñaba no es la que ha llegado a conseguirse a trancas y barrancas y que los representantes de los partidos que optan a ocupar plaza en su Parlamento no se han esmerado mucho en construir un mensaje europeo.

Todo esto hace suponer que la abstención será muy grande. Pero esta consideración adversa la considero como un argumento más a mi favor.

Todos los días le doy gracias a Dios por haber nacido en este rincón y no únicamente porque se llama Andalucía sino porque el avión o la cigüeña que me trajeron a su bendito suelo de haber sido empujados por algún viento esaborío hubiesen aterrizado en algún aeropuerto alternativo de Africa que es lo que pilla más cerquita y ya no estoy yo en forma para embarcarme en una patera.

Europa es lo que espejea en la lejanía soñada del cuento de las Mil y Una noches para tantos infelices que se dejan la vida entre las olas. Yo estoy agradecido y me enorgullece ser europeo.

Y,por otra parte, si los muchachillos de mi generación abandonábamos las aulas universitarias para pedir Democracia corriendo delante de los caballos de los grises,ahora que la tenemos no vamos dejar que se pudra en manos de los mediocres que se están aprovechando de ella.

“La Democracia es el peor de los sistemas de gobierno… con excepción de todos los demás”, dijo un día Sir Winston exhalando una profunda vaharada de su aromático puro.

Pues, eso.

miércoles, 3 de junio de 2009

Un cura en la barbería.

Me asalta la duda de si he puesto bien el título. Porque barbería, lo que se dice barbería, esa del maestro barbero con los dedos que te pasaban cerca de la nariz teñidos de amarillo por el intermitente manejo de los cigarrillos humeantes y oliendo a nicotina, el baby largo y la navaja de afeitar siempre presta a ser afilada en la correa plegada que descansaba a su lado, no queda ya ninguna. Barbería se llamaba por eso del arreglo de la barba, naturalmente. La barba convenía rasurarla o, recortarla, por lo menos, casi a diario. El arreglo del pelo podía esperar.

No creo que quede ya ningún barbero. Lo que hay son peluqueros. Por eso resulta prácticamente imposible encontrar algún rótulo que anuncie “barbería” en tanto que proliferan los que ofrecen los servicios de las “peluquerías”. No se hallan a cargo de aquellos maestros barberos con aire de practicantes de Casas de Socorro, con las tijeras asomando en el bolsillo superior del baby blanco y una sabiduría envidiable en asuntos taurinos, sino que las atienden generalmente muchachos jóvenes, estilizados, con dedos ágiles que no huelen a tabaco negro sino a perfume masculino de esos que se anuncian en la tele con unas modelos despampanantes movidas al hilo de argumentos absurdos que desembocan sin saber por qué en la marca que pretenden anunciar.

La peluquería que frecuento está en la calle Baños y es así. En la misma calle, esquina con Teodosio, funcionó durante décadas la del maestro Pablo Salatti que tenía una cabeza noble de abundosa cabellera blanca que cuidaba con esmero y más parecía un director de gran orquesta alemana que un experto menestral del corte del cabello. Se ganaba la vida derramando con esmero sus conocimientos de la profesión en el reducido gabinete donde la ejercía. Era un barbero clásico, pero no hablaba de toros, sino de los grandes maestros de la pintura. Los acuarelistas especialmente. Y tampoco alumbraba las modestas paredes de su establecimiento con fotos de Belmonte, Joselito el Gallo o Pepe Luis Vázquez, sino con luminosas escenas del entorno paisajístico debidas a su mano.

En la barbería del maestro Salatti no llamaba la atención que un cura cualquiera, por supuesto vestido de cura, con talares ropas, entrase, se sentase y se pusiera a leer el periódico esperando turno. En mi peluquería habitual entró la otra mañana un cura vestido de clergyman, que ya saben ustedes que es el terno negro con cuello almidonado que empezamos a ver en las películas de Spencer Tracy, con el que se visten hoy los clérigos que no guardan temor alguno a parecer lo que son, y, entre los que estábamos, se produjo ese ambiente indefinible que suele levantar una presencia inesperada.

El cura, un muchacho moderno, no mal parecido, saludó al entrar. Se sentó. Abrió su breviario y se dispuso a aprovechar el tiempo de la espera leyendo sus oraciones.
Yo recordé a aquellos curas de mi infancia que visitaban la barbería hasta para hacerse la tonsura que era un redondelito, algo así como del tamaño de una moneda actual de dos euros, que tenían que afeitarse en la nuca para ser distinguidos como servidores del altar.

El último que rememoro de tal guisa fue el coadjutor de la parroquia de San Vicente, un sacerdote sencillo, abnegado, modesto y ejemplar al que siempre se vio en el barrio con su sotana y su tonsura y del que decía con toda la gracia del mundo una de las muchachas que atendían la droguería que estaba y está en la misma calle:

--- Va tan vestío de cura que parece que se ha disfrasáo.

lunes, 1 de junio de 2009

El Rocío, incopiable.

Sobre el Rocío existe una historia, una hermosa y poética leyenda, algunas preguntas sin respuestas, tantas o más suposiciones y, por encima de todo, una realidad incontrovertible que el pueblo de Almonte se encarga de custodiar celosamente.

La historia se remonta a los tiempos inmediatamente posteriores a la Reconquista cuando el marianísmo de Alfonso X El Sabio llevó la devoción a la Virgen a los sotos y terrenos de cacería donde él mismo y su caballería militar se ejercitaban en el arte de la guerra contra los jabalíes y otras especies que poblaban el actual Coto de Doñana.

En el “Libro de la Montería” de Alfonso XI se dice que “hay una tierra que dicen de Las Rocinas ( ... ) et señaladamente son los mejores sotos de correr cabo de una Iglesia que dicen de Sancta María de las Rocinas”.

La leyenda describe la aparición de la Virgen a un pastor y cazador de Villamanrique de la Condesa, la antigua Mures, llamado Gregorio, o Goyo Medina, al que el pueblo ha dedicado una calle recordando además el hecho divulgado en trovas del siglo XV en un hermoso azulejo situado en la fachada de su Ayuntamiento.

Es leyenda histórica en realidad. Está probado que Goyo Medina llegó corriendo al pueblo llevando con él la pequeña imagen de la Virgen Maria que había sido escondida en la oquedad de un árbol probablemente por los soldados cristianos del Rey sabio para defenderla de cualquier profanación y que se mostró ante el cazador cuando se desprendió la corteza que la ocultaba. Hasta aquí, la historia. El proclamó que la Virgen, bajando del Cielo, se le había aparecido. Esta, la leyenda.

Las preguntas no son numerosas, pero sí incómodas, especialmente para quienes defienden la transparencia de la génesis de la romería.
Una de ellas tiene como antecedentes estos párrafos que figuran en la importante obra “El Rocío, fe y alegría de un pueblo”

“Antiguamente, cuando aun no se hacían medallas, los rocieros colocaban alrededor de la copa de su sombrero andaluz una cinta con la efigie de la Virgen del Rocío estampada en ella.
La cinta se fabricaba en varios tonos de color, siendo los más frecuentes el verde, el amarillo y el rojo.
En su principio, esta cinta, a modo de lazo de raso de seda, no tuvo el destino para el cual hoy se utiliza: adorno del sombrero. Fue su origen el llevarla como recuerdo de la Virgen, tras la Romería, porque además de ser retrato estampado en tela, era también la medida de la primitiva imagen. Así lo dice la leyenda escrita que llevaba grabada: “Verdadera medida de Nuestra Señora del Rocío”
En muchos hogares se guarda todavía celosamente esta cinta, alguna que otra de rancio sabor y antigüedad”


La figura hallada en el siglo XV por el cazador manriqueño Gregorio Medina guardaba esas proporciones ya que media una vara, es decir alrededor de ochenta y cinco centímetros.
De la sorpresa del pueblo llano cuando al llegar en una romería se encuentra a la Virgen tan crecida habla la letra de estas viejas sevillanas:

La Virgen del Rocío
como es tan alta
se le ven por abajo
enaguas blancas.
Y, por arriba,
se le ven los collares
de perlas finas.