La información gráfica tiene un pie que dice:José Mª del Nido ha galardonado al periodista de Diario de Sevilla, Luis Carlos Peris. / Fotos: Manuel Gómez
Aparece en el ejemplar de hoy del periódico citado. Tal cual la tomo de su edición en Internet. Luis Carlos recoge un estuche de esos de joyería que guardan placas grabadas cuyo contenido se muestra en sombras. Para mi el documento no tiene desperdicio y voy de inmediato a descubrir sus claves.
El presidente del Sevilla ha regalado a los dos homenajeados una reproducción del escudo del club que campea en la fachada del estadio.No se ve en la foto. Y no es que esté mal captada.Manuel Gómez es un excelente profesional. Pero Luis Carlos es bético. ¿Se imaginan ustedes en las actuales circunstancias sostener como preciado tesoro la insignia del Sánchez Pizjuán?. Hay ocasiones en las que la prensa demuestra una exquisita delicadeza. Esta,por ejemplo.
Tampoco sonríe el admirado compañero y eso que el acto cuentan que fue distendido y cordial como debe ser. Luis Carlos se ha vestido de gala.No ha abandonado el verde, ¡vade retro,eso nunca!,y se ha sentado a comer al lado del presidente sevillista.
En la otra banda, flanqueando al anfitrion, José Antonio Sánchez Araujo. Juntos han venido andando ambos por esos mundos de Dios,Luis Carlos en la prensa, Araujo, en la radio recogiendo en los estadios en los que jugaba el conjunto sevillano que no lo hacía en casa, las incidencias de cada partido. Del comentarista radiofónico dijeron sus compañeros que había sido el autor de un estilo,propio,original e irrepetible al que llamaron la “narrativa Araujo”. De Luis Carlos escribió días atrás,Paco Robles en “El Mundo” con notabilísimo acierto que era el autor de la “media verónica literaria”.
A los dos les ha llegado la hora de la jubilación y por eso los homenajes. “Dicen que no son tristes… las despedidas… y yo les recomiendo… que se despidan”…
Sí es verdad. Pero no hay que olvidar que jubilación viene de júbilo.
Luis Carlos me decía la semana pasada que eran numerosos los homenajes parecidos a éste que le habían organizado. Sánchez Araujo supongo que podrá decir otro tanto. Es bonito y gratificante empezar así ese nuevo capítulo de la vida.
Sobre todo cuando se deja atrás “la narrativa Araujo” y “la media verónica literaria” y uno puede decir con el ademán de Curro tras un desplante: “Ahí queda eso”.
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