sábado, 4 de junio de 2016

EL PANA, MEJICO Y LA GENIALIDAD


Conocí a Benítez Carrasco, poeta, recitador y hermano de un padre jesuita, culto y ejemplar, que vivió muchos años en Sevilla en la residencia de la Compañía en la calle Jesús del Gran Poder, frente a la consulta del doctor Cariñanos, ese al que bajó a asesinar la misma ETA que ahora pasea los residuos que le quedan por foros de convivencia clamando por los derechos humanos.

El Padre Benítez, predicador de quinarios cofrades con verbo exquisito, y muy cercano a la Hermandad de Pasión, era el primer admirador de ese autor de versos conmovedores que hizo de la escritura y la declamación en público su único modo de subsistencia.

Cuando vino por aquí a visitar a la familia asistí a alguno de sus recitales y, viéndole ante el público, casi ciego, algo torpe y acompañado por su inseparable bastón, llegué a concluir que ese irrepetible rapsoda andaluz solo en Méjico podía llenar las salas de fiestas cuando actuaba al lado de los mejores intérpretes de corridos, rancheras y boleros del momento.

Cosa parecida me acaba de ocurrir con el Pana, el veterano matador de toros azteca, que acaba de fallecer al no poder recuperarse de la tetraplegia que le causó en la plaza de Durango el pasado uno de mayo un toro que precisamente se llamaba casi como él, Pan francés.

Porque Rodolfo Rodríguez no se apodaba Pana por el tejido de las americanas que lucían al principio del recuperado régimen democrático hispano Felipe González y sus compañeros del socialismo auténtico de aquellos días, sino por su profesión inicial de panadero antes de aparecer en los ruedos como espontáneo.

¡Qué versos hubiera dedicado el mejicanizado poeta andaluz a este capricho del destino!...
Cuando se suicidó Juan Belmonte y supo la impactante noticia tomó bolígrafo y papel y, recordando la bala que había terminado con su vida, escribió aquello que luego se ha recitado tanto “¿Cómo pudo, cómo pudo, con un torero tan grande un torillo tan menudo?”
¿Qué habría escrito el genial Manuel Benítez Carrasco en la muerte del genial Pana?... Imposible saberlo. Pero estoy seguro que alguien lo declamaría en cualquier teatro o sala de fiestas del genial Méjico lindo y querido.





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