sábado, 21 de noviembre de 2015

UN FRACASADO SPOT



Sin paliativos. La publicidad de este año en televisión de la Lotería de Navidad es un auténtico petardo. Han rodado un spot largo, desproporcionado, incongruente, reiterativo y confuso. Siento decirlo. De los filmes de animación de los Estudios Moro o de las peliculitas comerciales de Movierecord a este producto se ha recorrido mucho camino para que ahora nos venga la agencia Leo Barnet, autora  responsable del engendro, con semejante parida.
Por si fuera poco, los telespectadores que tengan la paciencia y la capacidad masoquista suficiente para aguantar su emisión varias veces hasta conseguir interpretar el mensaje al que va destinado, concluirán que es muy parecido y aún podría decirse que prácticamente idéntico al de la campaña anterior.
Para eso haber dejado el de las Navidades últimas. El que ya es histórico del calvo enlutado se repitió seis años. Los mismos que Clive Arrindel, el actor inglés que lo interpretaba, estuvo dando vida a esa figura, mágica y carismática, con la que la agencia Publicis que la creó pretendía representar el  espíritu de la lotería navideña.
Aquella película publicitaria, en su versión completa, duraba un minuto y costó más de un millón de euros, que es un dinero, pero que sirvió también para pagar a ciento cincuenta figurantes vestidos de época, una veintena de coches antiguos, calles cortadas y toneladas de nieve para ambientar unos exteriores de una idealizada postguerra española.
Desde que Clive hizo su aparición en televisión en 1998 los incrementos en la venta de loterías fueron notables. Eso, por lo menos, se publicó entonces. Una rentabilidad que justificaba la repetición del evanescente personaje con el que muchos jugadores deseaban encontrarse para pasarle los décimos por la  calva.
Ignoro el procedimiento que se ha seguido para la elección del spot de este año. En el mundo de la comercialización privada cada uno puede hacer con su dinero  lo que le salga del alma, pero este caso no es así. La Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), no es privada y su presidenta debería dar una explicación y promover el visionado público de los otros spots presentados al concurso que no fueron elegidos además de difundir el coste de esta campaña que no paga ella con dinero de su bolsillo.




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