viernes, 12 de febrero de 2016

LA FEMINIZACION DEL PAVIA


Lo dicen en la locución publicitaria de un spot que se emite en las televisiones locales… figura así en la relación de tapas de muchos bares… y recientemente lo he leído alabando el crecimiento de la cocina andaluza puesta de manifiesto en Fitur.

En todos los casos me suena mal. Desde mis años mozos a esa friturilla de bacalao o de merluza, empanada en una pasta de freír y coloreada con unas hebras de azafrán, se le llamó soldadito de pavía. Y bajo esa curiosa denominación se degustaba en los días de cuaresma y en  aquellos que los cristianos antiguos aceptaban respetuosamente la abstinencia de carne.

El nombre de este plato ha dado lugar a numerosas teorías. Una de ellas menciona que el nombre Pavía se debe a que su color recuerda al del uniforme de los húsares de los tercios españoles que combatieron en la Batalla de Pavía en 1525, en la que las tropas españolas de Carlos V derrotaron a los soldados franceses de Francisco I. Así, la decoración con pimiento rojo  simula los galones de los soldados.

Los dulces conocidos como Piononos se llaman así, según he sabido también, porque Ceferino Isla, un pastelero de Santa Fe y muy devoto de la Virgen de las Angustias, la patrona de Granada, los creó en 1897 para rendir homenaje al Papa que había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de María.

Su denominación ha corrido mejor fortuna. Nadie se ha atrevido a feminizarla.


Los pavías, no. Debe ser como en homenaje a la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas.

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