viernes, 20 de abril de 2018

UN MOMENTO PARA SABOREAR


Cuando hay toros no hay toreros y cuando hay toreros no hay toros que decían los aficionados antiguos.

La corrida de Jandilla Vegahermosa no valió un duro. (Un Euro diríamos hoy sin entretenernos en hacer el cambio).El mismo ganadero  reconoció honestamente en una entrevista la escasa calidad del encierro. Pero ofreció un momento mágico. Cuando toreaba de muleta el Juli y la banda tocaba Suspiros de España.

La Maestranza como recinto sonoro presenta unas condiciones excelentes y la banda se halla situada en un lugar apropiado. Los sones de la inmortal partitura rubricaban el magnífico quehacer del espada ungido en loor de multitudes después de entretenerse el otro día en cortar cuatro orejas y perdonar la vida a un toro.

En esta ocasión, no concedió el presidente el apéndice auricular  en un exceso de rigor y demostración de ignorancia porque el Reglamento dice que hay que dar la primera oreja cuando el público la pide mayoritariamente como así fue , pero da igual.

Cuando los comentaristas de la tele nos hacían el favor de guardar silencio el espectáculo visual y sonoro resultaba memorable.

De haber asistido al festejo aquel Stravinsky, compositor ruso que exclamara “estoy viendo lo que estoy oyendo” cuando se encontró con un pasopalio al que llevaban sus costaleros a los compases de “Solea dame la mano” volvería a pronunciar una frase parecida.

La música en los toros es imprescindible. En esta faena de muleta del inconmensurable Julián López  volví a ratificarme en esta aseveración. Caían sobre el albero de la plaza las inspiradas notas del maestro Álvarez Alonso mientras el Juli ponía sentimiento y maestría interpretando el nuevo toreo, ese que describía Ponce en una conferencia diciendo que los tiempos taurinos ya no son los clásicos de citar, parar, templar, pasar y ligar porque los dos primeros han sido sustituidos por enganchar por abajo y dominar a la res si esta es brava y humilla.

El Juli sabe hacerlo. El público sabe apreciarlo. En Movistartoros un momento  mágico e irrepetible.

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