sábado, 1 de diciembre de 2018

RENQUEANTE CORREOS



Antes del AVE y que el Talgo había un tren que salía de la Estación de Plaza de Armas y llegaba a la de Atocha en Madrid al que llamaban el Rápido, pero que siempre aparecía con retraso.

Pues a esta larga hilera de usados vagones y a la renqueante máquina Stevenson de vapor que tiraba de ellos he recordado cuando en mi buzón han aparecido las cartas de propaganda electoral que me envían casi todos los partidos que se presentan a las inmediatas elecciones al Parlamento de Andalucía.

Digo casi todos porque los remites son del PSOE, del PP, de Ciudadanos y de Unidos. Falta Vox que se queda sin voz. Porque no me la mandó o porque se perdió por el camino.

La tarjeta censal no ha llegado. Y tampoco me consta que mis convecinos y todos aquellos de mis alrededores de residencia hayan sido tan afortunados como yo.

El Correo de antes era más antiguo pero resultaba más eficaz. A los carteros de entonces con sus gorras de plato y sus carterones colgados del hombro, han sustituido los muchachos y muchachas de hoy de uniformes anaranjados que disponen de motos para 
las  largas distancias.

Sin embargo la carta del soldado a sus padres en el pueblo o el christmas coloreado de la familia distante no se perdían nunca. Claro que hoy no pueden perderse porque no existen ni las quintas de los servidores de la Patria ni las editoriales que impriman los christmas. Todo se resuelve a golpe de mail o de whatshap.

Si de aquí a mañana no recibo mi tarjeta censal, tendré que ir al colegio electoral donde deposité mi voto la última vez y buscar a tientas la urna que me corresponde.

Correos seguirá sin colaborar conmigo en el cumplimiento de mis deberes cívicos.

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