Tanto le gustaba tocarse con sombrero ancho, negro siempre y un poco ladeado, como vestirse la túnica de su Hermandad, la Esperanza de Triana,a la que había llevado su amigo del alma, Alfonso Jaramillo, después de que éste con oídos avispados cerca de Rafael Santisteban, el locutor estrella de aquellos días en la Cadena SER, cazase al vuelo el título de “La melodia misteriosa” el millonario concurso que paraba hasta la proyección de peliculas en los cines cuando se emitía en “Cabalgata fin de Semana”.
¡Qué disgusto se llevó el bueno de aquel que se autotitulaba “el pobre locutorsito” cuando supo que Sevilla era nueva Venecia sumida en la desgracia de una inesperada inundación que procedía de un arroyo insignificante que casi ni figuraba en los viejos planos de Coello que mandó alzar en el Siglo de las Luces el Asistente Olavide, el Tamarguillo.
Chiquito, pero matón, decían en los barrios, introduciendo en el acervo popular la frase cancionera.
Supo también el conocido locutor chileno, que ya había abandonado la cadena radiofónica que le había acogido a su regreso de su país natal, después de la Guerra Civil española, en la que había desempeñado un destacado papel como redactor de la revista gráfica “Fotos”,que en la martirizada ciudad un grupo de locutores, periodistas y presentadores de radio, entre los que se hallaban José Luis López Murcia, Aurelio de la Viesca, Emilio Segura y quien estas líneas escribe (el único del conjunto que por voluntad de los Cielos sigue con vida para hacerlo) había iniciado desde los estudios de la emisora en Sevilla de Radio Nacional de España, una campaña benéfica de ayuda a los damnificados con éxito tan rotundo que ya iban alcanzando el millón de aquellas antiguas pesetas. (Luego, la gestión personal de este equipo, secundado por todos los compañeros de la emisora bajo el mando del madrileño Manuel Delgado Aranda que poco antes había sustituido a Celestino Fernández Ortiz, superó los dos millones de recaudación) y, de inmediato, secundó la idea y creó la “Operación Clavel”.
Fue un programa de radio en una cadena improvisada. Bobby ya no contaba con la SER ni la SER con Bobby. El locutor había tenido sus más y sus menos con la dirección de la Cadena y se había marchado a la REM, Red de emisoras del Movimiento, en la que, por cierto, creó el Festival de la Canción de Benidorm. Pero tampoco con los falangistas de la Rem se habia encontrado a gusto y acababa de recalar en Radio España.
A Manolo Zuasti, director de esa emisora, se le ocurrió el título. Y se articuló una cadena comprometiendo en el empeño,lógicamente, a Radio Nacional, emisora de Sevilla, a su emisora hermana Radio Nacional de España en Huelva y a unas cuantas más:Toledo, Cádiz, Almería y Antequera.
De todo esto creo que se va a hablar, con el complemento necesario de fotos y testimonios audiovisuales, en una exposición que me parece que organiza el Instituto de la Cultura y las Artes.
Debo haberlo leído en el ABC, pero no encuentro ahora el recorte de prensa para comprobarlo. Ustedes sabrán perdonar mi olvido.
2 comentarios:
Una sugerencia D. José Luís: cuéntenos anecdotas de los que tuvieron que ser maravillosos años de la RADIO.
Usted es un privilegiado por haberlos podido vivir y disfrutar.
Un abrazo
Tan maravillosos fueron que ahora los cuentan,como cosa de ellos, los que supieron de sus peripecias a través de los libros que escribimos los que los vivimos de verdad. Yo publiqué dos; "Sevilla tras un micrófono" e "Historias de TeleSur". Gracias por tu propuesta. Algun día trataré de recordar algo de lo que me dejé en el tintero.
Otro abrazo para tí.
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