domingo, 15 de abril de 2012

Tendidos de sol,de sombra y de peña.


Y allí donde se lee tendidos pueden añadirse gradas. Hasta la del once de los abonos que se pagan a precio de solanera,pero que ampara la sombra casi toda la corrida. Y la trece, a cuyo cobijo naciera la famosa tertulia que inventara el siempre recordado cofrade del Museo Juan Carlos Torres.

Se le tenía que haber ocurrido a esa buena gente de los pueblos, de aficionados antiguos y sentenciosos. Y así ha sido. En su seno ha nacido la costumbre y se viene aplicando este año desde que comenzó la temporada. Un buen número de abonos anuales se han quedado en las taquillas de la empresa. Y, en contraposición, las altas de nuevos socios de peñas taurinas han experimentado un crecimiento que ya quisiera el Ibex ese de las horas bajas de la Bolsa de los sustos.

A las denominaciones habituales de los espacios en que se divide cualquier coso taurino, gradas y tendidos de somba, solysombra y sol, se suman ahora las de peñas, tertulias y bares, con marcada tendencia a la defensa de la Fiesta, que existen en los pueblos que salpican el entorno de la ciudad.

La cosa está “mu achucha”. Y la tendencia al ahorro es una constante impuesta por la realidad de una carestía creciente de artículos de consumo que conviene afrontar eliminando lo superfluo.

Las corridas televisadas han encontrado un público fiel de “lleno de no hay billetes” y ya hay hasta tabernero con ingenio y ganas de agradar que incluso se ha hecho de un surtido de almohadillas para que la ilusión sea completa.

Son sitios en los que se está a gusto y, por si fuera poco, no hay que aguantar al recién llegado en el Ave que todavía llama “chulo de toriles” a ese señor de americana y corbata tocado con gorra de visera que abre el chiquero todas las tardes.

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