sábado, 22 de diciembre de 2012

DIA DE LA SUERTE

Como siempre, el hada mágica se detendrá sobre las cabezas de unos pocos despreciando olímpicamente a los demás. Pero seguirá fracasando en su inveterado propósito de eliminar totalmente las ilusiones que se reverdecen cada veintidós de diciembre.
Escribo estas líneas desde mi nuevo ordenador y tras remediar mi ultima torpeza al no activar la tecla de publicar la entrada anterior cuando la redacté que fue hace cuatro días.
Y lo hago con una cabecita rubia asomada a su teclado advirtiéndome de mis errores. Es la de mi nieta Marta. ¿Para qué quiero un premio mayor?
Me dan pena los abuelos que no saben serlo. Los que se aferran a detener el tiempo que "juye"  con la misma vida, como no se cansaba de repetir, sabia y zahorí, la recordada Lola Flores.
La suerte siempre puede sonreir a nuestro lado. Aunque no lo haga desde el décimo de la lotería. Estos días contienen muchas horas de invitación a la sonrisa. Conviene aprovecharlas y compartirlas con los demás siquiera sea como antídoto de todos los que no saben hacer otra cosa que amargar la existencia al prójimo. Y a la prójima, of course.

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