viernes, 24 de marzo de 2017

HOMS, EL INCOMPRENDIDO


Me da lástima de Homs. Es un incomprendido. Catalán, muy catalán, como esos viajantes catalanes que se hospedaban en el Hotel Términus entre la plaza de la Gavidia y la calle Jesús del Gran Poder y bajaban desde Barcelona o Tarrasa con los baúles de las muestras y las  carteras de los pedidos a vender en el Sur y se pasaban media vida en el bar de la esquina jugando al dominó.

Podían hacerlo. Con una clientela tradicional y unos devengos asegurados. A sueldo y comisión. Tal como este moderno vendedor de paños o de quien sabe qué productos de la Cataluña fabril pero con menos pelas afianzadas.

Nada menos  que 7,300 euros brutos al mes nos ha venido costando a todos los españoles este moderno paladín del comercio y las finanzas que ha olvidado algo tan elemental como la fidelidad a la casa.

Por tiempos le están pegando la patada en el trasero y ahora el hombre no ha tenido mejor ocurrencia que apelar al Tribunal ante el que se rebeló para poner en marcha los planes secesionistas de su partido. Todo un ejemplo de coherencia.

Homs va a dejar de ser diputado como dejaría de ser viajante si en vez de ofrecer los productos de quien le pagaba vendiese los de la competencia. Pero, hombre, cómo se puede ser tan bruto.


Sus colegas, los viajantes catalanes del Hotel Términus, no terminan de entenderlo.

No hay comentarios: