sábado, 3 de octubre de 2009

Españolísimo Zapatero.

Me llega a la nariz el humillo perfumado del guiso y tengo la impresión de que alguien quiere acabar con su buena estrella. Parece que se está asaltando subrepticiamente la dorada fortaleza donde el presidente del Gobierno ha venido habitando hasta ahora y cada vez más se abre una fosa que llega hasta su torre albarrana.

Los comentarios sobre lo acontecido en Copenhague con motivo de la elección para la Ciudad Olímpica me lo confirman. Se han criticado con dureza los discursos. Y quiero apreciar que sin razón. Del presidente he leído que volvió a hacer alarde de su incurable cursilería. Presentó la candidatura de Madrid a los JJOO de 2016 leyendo un discurso en el que África ha sido la protagonista. Y ha sido el único que no ha utilizado otros idiomas.

Me parece un exceso que justifico porque el medio cibernético de donde tomo el párrafo se caracteriza por la censura abierta al quehacer del presidente del que últimamente ha dicho que a juicio de Edward Prescott, Nobel de Economía en 2004, España no saldrá de la crisis "rápidamente como Europa" porque hace "todo lo contrario de lo que debería hacer", con lo que supera las críticas lanzadas por Solbes a su gestión y coincide con Manuel Pizarro, que se ha sumado, desde los micrófonos de esRadio, al coro de voces que le exigen un cambio de rumbo radical para salir de la crisis .

El análisis del discurso ante las representaciones olímpicas no es pues otra cosa que el chorreón de nata decorativa que culmina lo anterior. Afirmar sin rebozo que ha vuelto a hacer alarde de su incurable cursilería no es más que una opinión difícilmente sostenible si se desgaja de la subjetividad de quien la emite.

Y elevar al tenebroso rango de lo censurable el que haya sido el único que no ha utilizado otros idiomas, tengo para mí que entra de lleno en el terreno de lo injusto.

¿Qué idioma es más hermoso que el español para expresarse en un foro de tan complejo conjunto de lenguas como el integrado en la capital dinamarquesa?... El emperador Carlos quinto al que tal vez estaba haciendo una entrevista su homónimo Carlos Herrera en la Onda dormida de la historia, ante su dominio de las hablas que se cultivaban en aquella Europa, contestó que utilizaba el italiano para conversar con las damas, el francés para hacerlo con los amigos, el español para rezar a Dios… ¿Y el alemán?... preguntó el tatarabuelo de nuestro admirado Carlos…
Para dirigirme al mismísimo diablo. Afirman que repuso el cultísimo monarca.

José Luis Rodríguez Zapatero ha empleado solo el español para hablar en aquella importantísima reunión internacional. Seguro que ha podido hacerlo en catalán que utilizará en sus parlamentos con Montilla...o en cualquiera de las lenguas del mundo mundial que, si no conocía cuando abandonó su natal León, habrá podido aprender con la rapidez y perspicacia que le atribuyó Jordi Sevilla cuando le dijo que toda la Economía podía dominarla en cuarenta y ocho horas.

No ha sido así. Ha preferido no relegar la hermosa lengua de Cervantes. Y encima le criticamos. La verdad es que no tenemos arreglo.

2 comentarios:

Juanma dijo...

En verdad, cabe decir "amén" a sus palabras.

Sin embargo, permítame que me quede con el "chorreón de nata decorativa" para poder describir otros momentos que han de venir de la mano del discurso zapateril. Todo llegará.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ese es el problema que tenemos, que Zapatero es "españolísimo". ¿No podía ser de Islas Comores? ¿Y la Bibiana esa de Rwanda? ¿Y....