De sangre y oro.

La Fiesta ha dejado el domingo pasado relevantes sucesos. Preocupantes como la cogida grave del mejicano Arturo Macías.Reivindicativas como la que puede haber sido última corrida en la Monumental barcelonesa. Ilusionantes como el triunfo de Oliva Soto y gozosamente reiterativas como los éxitos del Juli.

Espeluznante fue que,en el Puerto de Santa María, el torero azteca resultara cogido al entrar a matar al quinto toro de Buenavista. Fue trasladado a la enfermería donde lo intervinieron después de perder el conocimiento en el ruedo y, tras ser estabilizado, trasladado en UVI móvil a la Clínica Los Álamos de Jerez.

Pero, cara y cruz del toreo: En esa misma corrida se ha producido un alentador éxito del sevillano Oliva Soto que salió en hombros después de cortar dos orejas.

Macías, reiteradamente herido, debería preguntarse con frialdad, si esto se debe a su mala suerte o a su formación profesional,sobrada de temerario valor, pero carente de recursos. Alfonso Oliva Soto ha reclamado un sitio entre los mejores que premie con justicia su disposición, su entrega y su arte exquisito.

Barcelona, según los nubarrones que crecen en su horizonte, ha cerrado el último capítulo de su historia taurina antes de la Sentencia del Parlament con dos matadores en hombros por la Puerta Grande, El Cid y El Fandi, rodeados de banderas catalanas y con una afición enardecida gritando Libertad.

Y el Juli sigue de triunfo en triunfo aplicándole los críticos un adjetivo nuevo y parece que no muy afortunado para definir su trayectoria: Intratable.

Me caben dudas sobre el grado de conocimiento lingüístico de estos buscadores de innovaciones calificativas. Intratable es el insociable o de genio áspero. Todo lo contrario de Julián López. Habrá que invitarles a seguir buscando.

Y, en cuanto a El Fandi y al Cid, apostillar que puede ser significativo el emparejamiento del torero más bullidor del momento que cautiva a las masas, aun a las menos doctas, y el magistral diestro de Salteras que vuelve por sus fueros con su toreo libre de mixtificaciones en el que los derechazos se hacen redondos y los redondos, circulares con la suavidad mágica de ese temple que impregna en los naturales,esculpiendolos profundos, largos y perfectos.

El festejo por su singularidad fue difundido en directo por las Televisiones Autonómicas. Canal Sur no aprovechó esta oportunidad. Yo, afortunadamente, lo ví por TeleMadrid. La televisión que se dice de todos los andaluces debería hacerse de una copia en vídeo y retransmitirlo en diferido.