Una novillada, una de rejones y ocho corridas han conformado este año el programa de la Feria de Pamplona con El Juli como único torero que ha hecho el paseo dos días.
La Junta de la Casa de la Misericordia como siempre ha seleccionado las ganaderias con la inapreciable ayuda de los herederos de Miguel Criado, el famoso Potra que siempre gozó allí de merecido prestigio y los toros han estado en general magníficamente presentados, aunque con sometimiento a los kilos y las encornaduras en detrimento de los tipos a que debe corresponder cada encaste. Que un toro como el cuarto del encierro de Fuente Ymbro, uno de los mejor nota de los lidiados tenga peso de Miura resulta sorprendente.
Y más aun que similares a este cornúpeta hayan sido los de juego mas aceptable de los hierros de Victoriano del Rio y el Pilar.
Frente a estos ejemplares de la raza brava han conseguido resaltables triunfos Joselillo en la corrida de Dolores Aguirre, Juan José Padilla, jugándose la vida y protagonizando una secuencia televisiva de enorme impacto con su rostro en primer plano amenazado por los pitones del Miura y la voltereta siguiente como pelele indefenso zarandeado con saña por el toro… el discutido,pero siempre triunfador David Fandila que ha clavado uno de los mejores pares de banderillas de su vida al segundo del encierro de El Pilar y ha demostrado que cada día torea mejor de muleta y resulta más contundente con la espada… el estoico y valentísimo Sebastián Castella y, por encima, El Juli.
Tres toreros sevillanos han figurado en estos carteles: Oliva Soto en la corrida de Fuente Ymbro, Salvador Cortés en la de Peñajara y el Cid, ya como primer espada (¡cómo pasa el tiempo, Manuel Jesús!) en la de El Pilar.
Los dos primeros acreditaron cumplida nota de su preparación, de sus estilos y de sus ganas, aunque no tocaron pelo. El Cid volvió por sus fueros, dejó tandas de naturales suaves con prodigioso temple y la muleta por los suelos y mató a su segundo enemigo… él, que tantas faenas memorables ha malogrado con los aceros, ¡de un estoconazo formidable! que le valió la oreja.
El Juli debe pedir el libro de reclamaciones. Por menos… por mucho menos de lo que el ha hecho en sus dos tardes, apareciendo en la segunda a pocas horas de haber sufrido una cornada en el escroto, se han concedido orejas en este coso pamplonés cuyo palco presidencial ocupa cada tarde un munícipe de chaque y sombrero de copa o una concejala, proporcionalmente adornada, a quienes debiera exigirse que sean doctos en materia taurina; pero, como no suelen serlo , las decisiones las toma el asesor, que se repite cada tarde, un maduro caballero, despechugado, pero con corbata a rayas, cuyas decisiones y torpezas han sido justamente discutidas.
Con tamaña asesoría puede justificarse el hecho insólito de que el Presidente ordenara la salida del quinto toro, en el festejo de Cebada Gago, sin percatarse de que los tres matadores estaban en la enfermería: Franscisco Marco, herido el veroniquear de salida al cuarto,Sergio Aguilar golpeado en un desarme en el mismo toro y Morenito de Aranda que ya había sido cogido en el tercero.
Menos mal que el torilero lo advirtió y el toro no llegó a pisar la arena, pero la anécdota es de las que pueden encabezar esa colección de aciertos y desaciertos de los equipos presidenciales, cuyo libro ,que puede ser sabrosísimo, está aun por escribir.
1 comentario:
Yo le digo mi verdad D. José Luís, si yo fuese torero allí iba a ir a torear por las que jila.
Eso es una merienda de negros y nunca mejor dicho lo de merienda.
Un abrazo
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