lunes, 13 de junio de 2011

La Virgen avergonzada

- Ya usté ve - me dice empujando el carrito en el supermercado casi desierto – Todavía está la gente en el Rocío. Es que aquí la devoción es muy grande… De padres a hijos, mire usté. Y contra eso ni hay crisis ni hay ná. – Hace una pausa y sigue como si volcara en palabras la hondura de sus cavilaciones—Aunque la Virgen lo sabe. ¡Vaya si lo sabe!... ¿Por qué cree usté que este año ha querido irse a su casa tan pronto?... Una noticia histórica: la Virgen del Rocio corta su recorrido por la aldea y se refugia precipitadamente en su Santuario porque se le ha roto un varal. Eso es lo mismo que lo de la señora elegante que se tiene que ir en el metro a su piso de los Remedios porque se le ha producido un desgarrón en el vestido de alta costura que acaba de comprar en la boutique del Corte Inglés. ¡Lo mismito!... ¿Y usted cree que Ella, con la jambre que hay, con la que están pasando esas criaturas sin trabajo, con las hipotecas cada vez más altas y las pensiones cada vez más bajas… quiere esas estampitas antiguas de los curas en hombros como toreros triunfadores saliendo en Nimes por la Puerta de los Cónsules, rezándole a gritos?...

¡Ea!, vámonos ya para adentro. Que hoy es el día de San Antonio y ya estará el nuevo arzobispo de Sevilla felicitando a todos los sacerdotes que llevan ese nombre como hacía don Carlos sin que ninguna vez se le olvidase la fecha.

San Antonio,bendito.¡Casi nada!. Las niñas buscando novio. Y los paganinis apoquinando para que el nuevo presidente catalán, Artur Mas se asigne un sueldo que supera en cuatro mil euros al del nefasto Zapatero. Y además asegurando que va a contratar a cinco mil funcionarios nuevos. O sea que de bajar el déficit, rien de rien. Nada de nada.

La mujer del carrito, ama de casa de pueblo, tal vez ignore que esos medicamentos que ha obtenido en la farmacia antes de llegar al hiper suman, en conjunto, 300 euros en números redondos y, como están fabricados o distribuidos por empresas farmacéuticas de El Masnou, o Terrassa pueblos de Barcelona, el 18 por ciento, o sea 54 euros, el IVA que paga por ellos, se aplica íntegramente para atender esos dispendios y otros similares.

No sabe mucho de esto, la buena mujer. Pero su corazón lo intuye. Por eso interpreta a su manera, cargada de razón y coherencia, la hiriente situación social que algunos pretenden que presida la pródiga Madre de Pentecostés como si no pasara nada.

¡Casi nadie es ella interpretando el pensamiento de la Madre de Dios!

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