lunes, 21 de noviembre de 2011

El dedo en el ojo.


Ahora que le imagino haciendo las maletas me he puesto a recordar las veces que ha metido el dedo en el ojo de los demás este imbécil que hemos mantenido al frente del gobierno durante los últimos años. Empezó metiéndoselo al gigante americano.La escena puede recordarse fácilmente. Se quedó ineducadamente sentado en su silla mientras desfilaba la enseña de las barras y las estrellas.

Siguió contratando enterradores para remover la tierra y meterlo en los ojos de los que sensatamente deseaban cerrar las heridas de la barbarie de la Guerra Civil.

Continuó plantándose ante los máximos representantes de la Iglesia para meterlo en los ojos de obispos, arzobispos y cardenales sacándose de su chistera de vacío ilusionista pintorescas leyes que hasta desafiaban el Derecho Natural.

No se detuvo ante el Estamento Militar, ejemplar y heroico servidor de la Constitución y puso al frente de su cúpula de mando no a un bizarro soldado de bigotes enhiestos, sino a una enclenque mujercita catalana que hasta le temblaba la voz cuando pedía que se mandase firmes.

Y hasta para irse ha buscado los ojos envejecidos de los españoles románticos y les ha metido el dedo también para alterar el significado de una fecha ya de por sí sobradamente histórica.

No podía sospechar que millones de dedos índices estaban buscando sus ojos también para pagarle con la misma moneda. Los de los diez millones crecidos de auténticos ciudadanos que estaban ya hasta más arriba del gorro de tanta estulticia y tan podrida genialidad.

Se va, por fin. Se va. Con él,Alfredo Pérez Rubalcaba no ha conseguido alcanzar ni siquiera al suelo del PSOE, los 118 diputados que obtuvieron los socialistas en las elecciones constituyentes de 1977.

Es ineludible constatar el periodismo de explicación que hacen los medios de comunicación de masas, sobre todo los escritos, de este hecho histórico. Hay análisis lúcidos dignos de figurar en la mejor antología y, entre ellos, los equilibrios literarios de quienes hasta ahora han venido sirviendo a los mandamases andaluces del puño y la rosa tratando de posicionarse en las filas de los que siempre han aplaudido a Javier Arenas.

¡Pasen, señores, pasen! La función termina en Marzo, pero acaba de empezar.

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