jueves, 29 de enero de 2015

UN LIBRO NUEVO



Iba dando un paseo a primera hora de una noche templada de invierno y me crucé con unos costaleros que ensayaban bajo la habitual y escueta parihuela cargada de sacos.
Me detuve. Alguno de los que iban debajo de los palos me vio y escuché  que me saludaba con una estrofa escrita por mí: “qué bien se llevan los pasos andando sobre los pies”.

Fue tan inesperado aquel recuerdo de los dos octosílabos tomados de mi Pregón del año noventa que me quedé bloqueado y cuando la misma voz me invitó a seguir recitando no pude hacerlo.

Igual me sucedía las veces que el inolvidable Nicolás Carretero me veía en la calle y, con el final de las décimas que dediqué a los Armaos en mi Exaltación al cuatrocientos aniversario de la Hermandad de la Macarena, festejaba el encuentro con aquello de… “y repiten la quimera – que Sevilla piensa ya: - si esos hombres van detrás - a pesar de la apariencia – ni le leen la sentencia – ni le pasa na de na”.

Con Joaquín Moeckel se repite la escena, trayendo a colación fragmentos enteros de redacciones mías retenidas admirablemente por su memoria poderosa

Y con algunos de los hermanos costaleros de las cuadrillas de mis hijos cuando me permiten compartir con ellos sus reuniones cofrades.

Algo tendré que hacer para reunir en un mismo libro estos versos afortunados, me dije un día.

Y, fruto de esa decisión, es un libro nuevo, librito, si quiero expresarme bien, que está imprimiéndose ya.

Me reservo la portada, que es una preciosidad, conseguida en el departamento de diseño de Guadalturia, la empresa que me lo edita dentro de su colección “Extraversos”, pero adelanto título y contenido: “Entrevarales” para glosas cofrades.

Estoy en estas horas en la antesala del paritorio. José María Toro, a cuyos cuidados se deberá el nacimiento, no me ha comunicado todavía el momento preciso en que pueda producirse. Lógicamente me hallo forzosamente maniatado y no puedo adelantar nada en torno a su aparición estelar.


Prometo que lo haré tan pronto pueda. Y ustedes que lo vean.

2 comentarios:

Jordi de Triana dijo...

Le deseo lo mejor en su nuevo cometido de amor a la Ciudad y a sus días grandes. Con emoción escucho pasajes de su pregón sobre la Macarena y el andar de los pasos. La Semana santa es una recreación del pasado y mi pasado queda representado por sus poesías al Calvario y Gran Poder, siempre se las recuerdo a mi amigo y hermano en la Esperanza Sebas Amador. Con orgullo me suele repetir que esas poesías tan hermosamente gubiadas por la voz de Chano se te clavaban en el alma como ese estremecedor y realista morir de El Calvario o esas fuerzas sobrehumanas que hacen avanzar al Señor hacia su Templo. La mujer de Chano lo siente vivo y cercano, me pide que no lo olvide en mis oraciones. Creo que no existe una petición más hermosa para honrar la memoria de una persona. Mi Semana Santa vive de añoranzas, momentos, destellos y de esas voces que me hicieron creer en las entrañas de cada verso y prosa. Chano Amador y José Luis Garrido Bustamente, forman parte de mi Semana Santa. Hermosa lírica para los oídos que traspasa el corazón del cofrade para sentir cada astilla de la Cruz del Cristo que agoniza o de El Señor que carga con nuestras tachas. Siempre agradecido a vosotros, queridos poetas de Sevilla, profetas periodísticos y voz perenne. Reciba un muy fraternal abrazo de este nazareno de El Gran Poder y Soledad de San Lorenzo. Recuerdos hermosos cuando vestido de morado trianero seguía al palio de la Presentación con el cirio apagao por la brisa y esa retina del alma que encuentra en sueños esa bonita cara que resplandece al primer sol de la mañana en destemplanza de ruanes que vuelven y esa Madrugá de negro que se nos duerme.

José Luis Garrido Bustamante dijo...

Emocionante, Jordi. ¡Qué lirica más inspirada!
Coincidimos en el recuerdo al amigo del alma que se nos fue.
Un abrazo fuerte
JOSE LUIS