viernes, 20 de febrero de 2015

ENSAYO PARA UNA INICIATIVA INSOLITA


  
Y sigo porque me toca. Creo que debo hacerlo. Después de la propuesta diseñada en el último comentario publicado en este blog que titulé “Doble cortejo, doble Campana” me parece conveniente refrescar la memoria recordando que nunca ha habido sillas en la avenida más allá de la puerta de San Miguel y menos se han situado escalonadas en una grada que puede ser hasta empinada, ni tampoco las cofradías con abundante número de nazarenos han creado dos cortejos de acompañamiento, uno de ida y otro de vuelta. 

Ni han entrado a la Catedral por la puerta del Príncipe, aunque estuvieran a punto de hacerlo.

En la Cuaresma de la Semana Santa de 1999, mi compañero y amigo, recordado siempre entrañablemente, Chano Amador, al que acabo de enterarme por Arte Sacro que han dedicado la última edición del Proemio, y yo hicimos en el programa “Carrera Oficial” de Giralda TV una serie de reportajes sobre los problemas que creó la restauración de la Puerta de San Miguel.

El canónigo Francisco Navarro, que era entonces el mayordomo del templo, nos dio todo tipo de facilidades aportando unos planos que luego pasaron a sustentar el proceso de entrada de los pasos en una simulación informática.

Los pasos se enfrentaban, apenas trasponían la puerta, con el monumento a Colón que no se movía de su sitio y al que orillaban por su derecha, pero había dos que no cabían: el de misterio de la Exaltación, por su extensión y el de Santa Marta por su achura.

Hubo que desmontar la cancela exterior y el cancel de caoba y comprobar el espacio que dejaban con un medidor laser, cuya aplicación desveló que la puerta del Príncipe es casi un metro más ancha que la de San Miguel y más alta.

Hecho esto y ratificado que cabían el paso más largo y el más ancho, aquella Semana Santa todas las cofradías estuvieron a pique de tener que  penetrar en la Catedral por esta puerta hasta que  Triana, al ser consultada  dijo que no y obligó a los calonges a quitar los andamios de la puerta de San Miguel.

Quedó,pues, cerrada la puerta tambien llamada de Colón  tras la que permanece el monumento que hiciera Mélida para la Catedral de la Habana y del que dijera un ingenioso cofrade:

Al contemplar el sepulcro
de tan bizarro almirante
nos dan ganas de decir:

¡Venga esa derecha alante!

No hay comentarios: