domingo, 22 de marzo de 2015

EL ÉXITO ESPERADO DEL PREGÓN DE LUTGARDO


No cabe la menor duda de que el acto en sí pasará a la historia.

Parecía que en su estructura no cabía innovación alguna. Pero no era cierto. Y ahora se ha demostrado. El término de la pieza oratoria guardaba una sorpresa espectacular: el acompañamiento de las palabras del orador por la Banda Sinfónica Municipal de Música interpretando los últimos compases de Estrella Sublime. Era la primera vez que se hacía. Chano Amador, mi amigo y compañero entrañable, al que citó acertadamente el presentador en la relación de cofrades desaparecidos, que tantas estrías postreras de microsurcos eligió en la discoteca de la Cope para rubricar los finales de guiones de Saeta, habría disfrutado lo indecible.

Pero tuvo también el jovencísimo médico ginecólogo y acreditado poeta, elegido este año por el Consejo para cantar la Semana Santa, otros aciertos numerosos. Fue fiel a sí mismo. Cumplidor de sus promesas. No buscador de aplausos y cultivador a ultranza de esa sevillanía creyente e intelectualmente bien formada  que debe exigirse como esencia elemental a todo exaltador de la fiesta religiosa más importante de la ciudad.

Consiguió el pregonero momentos sublimes de emoción popular rubricados con largos aplausos de los que cabe destacar los párrafos dedicados a las Hermanas de la Cruz, al Señor del Gran Poder, a la Macarena, al Cachorro y al Cristo de la Buena Muerte.
Al alma me llegó como puede suponerse lo que dijo de mi Cristo del Calvario y a lo largo de toda su intervención la lectura de su hermoso y poético texto concebido con un lenguaje literario que expuso con normalidad, sin exageraciones, ni gestuales ni sonoras.

El Pregón estuvo precedido por la obligada presentación del pregonero que, como es protocolario, corrió a cargo del capitular delegado de fiestas, Gregorio Serrano. A mi juicio una de las mejores intervenciones que se han oído a lo largo de la histórica serie de estas introducciones anunciadoras de los días sacros.


Fue en suma lo que se esperaba. Y yo diría que algo más: Un pregón al uso, pero distinto, diferente. Como una inspirada partitura con coda final.

No hay comentarios: