lunes, 5 de octubre de 2015

A BOURRELIER LE FALTA BANDARAN


Así que me llamó mi hija por el móvil y me dijo lo del pregonero. Rápidamente me fui al almanaque y confirmé para mi tranquilidad que no padecía alzhéimer y que mi estado mental era correcto.
¿El pregonero ya?... Mi hija me resumió determinados razonamientos que no entendí y me dio el nombre. Me pareció muy bien. Aplaudo los nombramientos de todos los que asumen el sevillano honor de cantar su Semana Santa y, desde ya mismito, felicito al designado al que creo que no tengo el gusto de conocer.
Pero dicho esto, me quedo con el tiempo, las formas y el atropello del protocolo. Y por eso me he acordado de ese clérigo, revestido siempre de sotana y manteo, culto, cultísimo, amante de la sabiduría de la ciudad y cuidadoso del respeto de sus formas que fue don José Sebastián y Bandarán. Como escribiera Julio Domínguez Arjona, todo un personaje de nuestro mundo cofradiero.  Fue sacerdote , canónigo, capellán real, , capellán de la Familia Real Española, Director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y muy  vinculado al mundo de las  cofradías sevillanas de las que fue director espiritual de varias de ellas.
A él se debe la creación del palquillo  (conocido popularmente como "El Patíbulo") a la entrada de la Carrera Oficial en la Campana., donde todos los Diputados de Cruz, piden la venía…
… y a él se debe también la magistral distinción que hacía entre lo sevillano y lo hispalense.
La designación de pregonero ha correspondido siempre a un protocolo no escrito, como generalmente han sido las normas consuetudinarias de la ciudad, del que yo nunca participé, pero supe de boca de sus protagonistas, que comprendía una convocatoria de los electores del Consejo de Cofradías, en una fecha tradicional, una misa, un cambio de impresiones al borde de una comida de mediodía tras la celebración eucarística y una reunión “extra omnes” con votaciones sucesivas al estilo de los ejercitados en los Premios Goncourts. ¿Era así,  o no, Manolo Toro?
Bueno, pues esto que respetaría delicadamente don José Sebastián y  Bandarán porque ya es una sucesión cuasi ceremonial que sirve como pauta o modelo canónico en otras capitales y pueblos de Andalucía, este año se ha tirado olímpicamente por la borda por el Consejo que preside mi hermano cofrade Bourrelier.

¿Le falta o no le falta a  Bourrelier  una mijita de Bandarán?

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