sábado, 6 de marzo de 2010

El celemín de Adolfo Arenas.

El presidente del Consejo ha dicho que “desde la luz encima del celemín, posiblemente las cofradías den a la sociedad el ciento por uno”.

Pues sí, señor. Y lo que nunca terminan de entender los cofrades es porqué, como una constante molesta, repetida año tras año, tengan que andar defendiéndose de los que, desde su más supina ignorancia, las atacan y critican sin razón.

Al socaire de los comentarios suscitados por la obligación impuesta de tener que adaptar la Carrera Oficial a una ley de 1982 que tiende al incremento de la seguridad, se ha abierto la espita del globo de las preguntas malintencionadas de qué es lo que hacen las Hermandades con el dinero que reciben a lo que conviene responder con la más descarnada crudeza que simplemente recoger lo que es suyo, lo que les corresponde, lo que se ganan con su trabajo voluntario y honrado para poner en la calle los cortejos procesionales.

Ninguno de los que formulan estas interrogantes preñadas de mala intención se preguntan primero de dónde sale el dinero que cuesta poner una cruz de guía en la puerta de un templo. (De los presupuestos oficiales,no, por supuesto).

Si no existiera la Carrera Oficial y las sillas no se pagaran habría que echar el cierre (que posiblemente es lo que desean estos críticos repetitivos) y no solo no se podrían sacar los pasos a la vía pública sino que todos los artesanos que viven de los pedidos de las Cofradías: los imagineros, los tallistas, los orfebres, los bordadores, los cereros, los doradores, los floristas, los confeccionistas de túnicas y capirotes… se quedarían sin trabajo y tendrían que acudir a engrosar las nutridas listas del paro.

Por eso el itinerario oficial de las Hermandades es tan importante y todo lo que se haga para su conservación y mejoramiento será bienvenido.

Me genera un cierto sarpullido el temor de que se aborde una reforma sustancial de este trazado como viene propagándose desde principios de la Cuaresma cuando esta hipótesis fue dejada caer por este presidente que con tanta profesionalidad y eficacia ha llevado la negociación con las autoridades locales para que el impacto de la aplicación de la ley citada quede reducido simplemente a la pérdida de 512 sillas.

Abandonar el esquema tradicional del camino que recorren las Hermandades para llegar a la Catedral desde la imposición del Cardenal Niño de Guevara en 1604 me parece un atentado histórico cuyas consecuencias conviene meditar con mesura. Este empezó en la fachada trasera del Ayuntamiento y fue extendiéndose por la calle Sierpes en dirección descendente hasta la Campana. Y en cuanto al uso y disfrute del espacio urbano pagando por ello, su remoto antecedente puede hallarse en la decisión del Alcalde García de Vinuesa tomada en 1863 de colocar sillas que se alquilaban a cuatro reales al día en ese sector trasero de las Casas Consistoriales

Con ello, más un complemento que aportó el Gobierno de la Nación, en vista de la pasividad del Ayuntamiento, empezaron a obtenerse en 1869 los fondos necesarios que venían solicitando las Hermandades para hacer estación de Penitencia a la Catedral.

En el respeto a la tradición se han asentado siempre las Cofradías. Forzar su brújula a pegar un giro puede ir en contra de su propia naturaleza.

(LA RAZON: 5 DE MARZO DE 2010)

2 comentarios:

AdP dijo...

En este tema, el de la ampliación o modificación de la Carrera Oficial, veo a mucha gente dispuesta a cubrirse de gloria. Se hacen propuestas y se elaboran proyectos que se quedan en nada porque plantean tal serie de inconvenientes que, al final, lo único que hacen es reforzar la idea de que la mejor intervención que se le puede hacer es dejarla en el sitio donde está. Hasta que llegan nuevos dirigentes a un par de sitios que yo me sé, momento en el que, de forma inexorable, comienza la enésima repetición del bucle.

No sé cuantas sillas hay. No sé si quinientas doce son muchas o si son pocas. No sé cuántas se proponían eliminar. Lo que sí sé es que si algún día pasa algo todo el mundo de las cofradías, desde el hermano mayor de la más antigua hasta el corriente de última del palio de la que más nazarenos saca, va a mirar y va a pedir responsabilidades al mismo sitio. De eso no me cabe la menor duda. Las cofradías pueden estar ahora regateando en temas de seguridad con tal de sacar un puñado de euros, pero si no se está respetando la normativa de seguridad y pasa algo, Dios no quiera, ya me dirá usted a mí a quién van a apuntar los objetivos.

En lo de "echar el cierre", con todo el respeto, no puedo estar de acuerdo con usted. Los pasos no los saca a la vía pública la persona que tiene una silla justo en la esquina de Sierpes con Cerrajería. Para sacar un paso a la vía pública hacen falta mucho sacrificio y mucha mano de obra. Por hacer falta, hace falta hasta el nazareno que sale por primera vez y que hace su estación de penitencia detrás de uno de los faroles de la cruz de guía. No, el cierre no se echaría si se dejara de ingresar dinero por las sillas, el cierre se echaría el día que no existieran ni ese nazareno ni los otros miles que hacen sus respectivas estaciones de penitencia. Lo peor de todo es que, si ese día llegara, la Campana se seguiría llenando para ver pasos, de la misma manera que se llenan las tribunas de Montmeló para ver a Fernando Alonso.

Por otro lado, no estoy negando que hace falta mucho dinero para poner una cofradía en la calle. Pero de ahí a decir que si se pierden las sillas habría que echar el cierre va un mundo. Con el número de hermanos, las cuotas que abonan éstos, lo recaudado por papeletas de sitio, las facilidades que dan los orfebres, los bordadores, los floristas, las bandas, etcétera, las hermandades de la capital ya se encuentran en una situación económica sensiblemente mejor que las del resto de la provincia, y da la casualidad de que las segundas, con lo poco o mucho que tengan, se echan a la calle todos los años. Sencillamente, no me entra en la cabeza que se acabe la Semana Santa en Sevilla si algún día se llega a modificar sustancialmente la Carrera Oficial.

Saludos.

Antonio dijo...

Mi opinión aquí es muy clara. La carrera oficial está destrozando la Semana Santa. Las cofradías hasta la Avenida por el camino más corto. Dando al pueblo lo que es de ellos. Y las cofradías autofinanciación. Si un año no se pueden sacar dos pasos se saca uno y si no , ninguno y a ahorrar. Es el ciclo.

Ya lo han hecho antes por otras razones... pregunten en San Pablo (Polígono de)

Si un año no se sale por la lluvia no pasa nada por no salir pero mantener la dignidad que da la independencia...y es que es muy curiosa la relación entre el concejal de urbanismo de turno y su hermandad de toda la vida... pueden hacer estudio de campo...

saludos cordiales