En la lista de invitados probables faltaba ella, la dama oscura, la visitante enlutada que dispone hoy de tantos chalecitos pareados de fachaditas blancas en esa colección de fincas rústicas que se llaman Camposantos.
Se presentó de improviso y se lo llevó de bracete. Un día antes, horas quizás, un grupo de amigos suyos estábamos planeando organizarle un homenaje y rendir público reconocimiento a su trayectoria dorada como escritor y periodista.
Fue en la Fundación Cruzcampo, al término de la presentación de mi última novela. Estábamos en el grupo, junto con su presidente, el incansable Julio Cuesta, Fernando Carrasco, que acababa de ultimar una faena de dos orejas y rabo, él que sabe tanto de toros como de cofradías, actuando como padrino de su puesta de largo, Julio Martínez Velasco,Alvaro Pastor Torres, Joaquin Arbide, Fernando Macias… José María Toro, director de la Editorial Guadalturia…...
Recordamos de Barrios que era uno de los últimos supervivientes de aquel grupo de escritores conocidos como “narraluces”, del que, fallecido Manolo, posiblemente solo queda Carlos Muñiz Romero, aunque éste con ejemplar ejercicio de su voto de obediencia jesuita, haya ido marginando la pluma.
En el momento presente puede hablarse de nuevos narraluces, movimiento cultural que inmediatamente ha recibido la acogida de la Fundación Cervecera. Hubiera sido espléndido inaugurar sus actos con el homenaje a este romántico quijote, valiente servidor de la más rabiosa actualidad, inmolado en la pira de la conveniencia y el pasteleo, como tiene por costumbre la actividad mercantil que subyace en el periodismo cuando cree que peligra su status quo.
Manolo deja tras de él una obra considerable como novelista, ensayista e informador.
El homenaje imposible podría trasmutarse en velada necrológica.
Y, aunque no se celebre, ya la están preludiando con alta calidad literaria los artículos de cuantos en los periódicos donde trabajó están glosando su existencia.
A ellos pretendo unir, modestamente, estas líneas
1 comentario:
En nombre de mi familia y en el mío propio quiero testimoniar nuestro más sincero agradecimiento por las numerosas muestras de condolencia que hemos recibido con motivo del reciente fallecimiento de mi padre, el escritor Manuel Barrios. Como siempre, también en sus últimos días estuvo luchando hasta el final, en este caso contra su EPOC, apenas ya sin pulmones, puro corazón, hasta que no pudo más. En su agenda tenía una buena lista de amigos y colegas, a quienes traté de localizar el pasado viernes, 24 de febrero, para comunicarles la triste noticia. Siento no haberlo logrado en todos los casos. Hacía tiempo que mi padre no trataba con muchos de ellos, de modo que las direcciones y teléfonos habían cambiado; pero él no los había olvidado. A su familia nos conforta comprobar que también la mayoría de ellos ha seguido manteniendo vivos su recuerdo y su amistad. En el tanatorio pudimos estrechar la mano y dar un abrazo a algunos de esos amigos, escritores, periodistas y flamencos, que se acercaron a darle el último adiós: Antonio Burgos, Jesús Heredia, Ángel Vela, Paco Reyero, Andrés Muriel... Ningún político lo acompañó. Mi padre siempre supo escoger a quienes merecía la pena tener cerca. Siempre evitó la Andalucía de la pandereta ideológica y de los muchos señoritismos y servilismos. Siempre apostó por el valor de una cultura andaluza que, desde las entrañas genuinas de lo popular, rescatase a nuestra tierra de su atraso secular. Poco que ver con la charanga de la cultura oficial. Mucho con una Andalucía más honda y callada, que hoy llora con nosotros. Y que en algunos de sus bien nacidos ha alcanzado a darle voz a ese dolor, por lo que sus familiares les manifestamos nuestra profunda gratitud A Nicolás Salas, Antonio Burgos, Francisco Robles, Paco Reyero, José Luis Montoya, Eva Díaz, Andrés Muriel, Enrique Montiel, Francisco Giménez-Alemán, Alberto García Reyes, Abelardo Linares, Rafael de Cózar, Pedro Tabernero, Luis García Gil, José Luis Garrido Bustamante, Emilio Jiménez Díaz, Aquilino Duque, Víctor Márquez Reviriego, Lucas Haurie, Juan Luis Franco, Benito Fernández, Joaquín Arbide, así como a Francisco Jiménez Ortega ("F.E.A.", Centro Cívico Alcosa), a la Asociación Cultural Ademán, Antonio Cruz, de la Fundación Antonio Mairena, Julio Pérez "Vito" y tantos otros, muchos anónimos, que han dejado mensajes de pésame en el contestador telefónico. Manuel Barrios Casares
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