En mi casa han entrado
veinte pastores,
cuatro viejas lavando
y dos cantores.
Cientos de ovejas.
Y unos patos que corren
tras de las viejas.
En mi casa han crecido
montes y puentes.
Y hasta un rio de plata
con dos corrientes.
Cielos y estrellas,
peregrinos lejanos
y tres camellas.
Un castillo que tiene
grande la puerta
y un soldado romano
con lanza alerta.
¡Qué colorines!
Es como un escenario
de muchos cines.
Mas también pasa
que un aroma de incienso
llena la casa
porque en el centro
de este extraño universo
que tengo dentro
hay un niño chiquito,
recién nacido
y sus padres lo adoran
porque ha venido
el Señor de los Cielos
y está dormido.
¡Qué regalo de lujo!
¡Y qué contento
es montar en mi casa
el Nacimiento!
A Noel lo dejamos,
muy gordo, fuera,
y al abeto gigante
en su ribera.
¡Basta de engaños!
El Belén lo ponemos
todos los años.
El Belén, con la Virgen
y San José
y ese niño chiquito
que siempre ve
a su gente gozosa
cantándole.
Por lo tanto propongo
hacernos chicos
y cantar otro año
los villancicos.
......
Lo dije en el XXIX Pregón de la Navidad. Lo repito aquí deseando paz y felicidad a todos los que me visiten en estos días.
1 comentario:
Le deseo un muy feliz año nuevo.
Mi más cordial saludo.
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