martes, 6 de diciembre de 2016

Versos y canciones para la Inmaculada


Mágica y hermosa noche la del siete al ocho de diciembre. La de la víspera de la Inmaculada Concepción que, en la escultura inmarcesible del marchenero Coullaut Valera, sigue desafiando las frialdades nocturnas presidiendo la plaza del Triunfo.

Allí acuden las Tunas y la ciudad seguidora fiel de sus tradiciones más queridas. Es noche de canciones y versos para la Virgen sin mancha con el eco de las frases que acuñaran los siglos.

Por supuesto que ya no es como antes. Los tunos llegaban a las doce, cuando caían del reloj las campanadas anunciadoras de la frontera entre los días. Ahora aparecen a la una, pero ya han hecho paradas musicales delante de los numerosos retablos anunciadores en las paredes de la benignidad hacía su Madre en la tierra del Dios Altísimo.

El monumento a la Inmaculada es todo un signo, un símbolo, un recuerdo emocionado de ese incontrovertible hecho histórico: que Sevilla fue antes que Roma la que proclamara la concepción inmaculada de la Madre de ese Jesús Niño que ya empezamos a acunar en los belenes caseros antes de que llegue el gordo Papa Noel y nos deje sin los dulces de los conventos.

Da gusto presumir de sevillano, paisano de Miguel Cid, aquel modesto autor de versos que, probablemente, ni habría pasado a la historia ni tendría una calle con su nombre en el barrio de San Vicente de no haber escrito aquellas letras que se convirtieron en canciones: Todo el mundo en general, a voces, reina escogida, diga que sois concebida “sin pecado original”.

Yo no sé tocar ni la guitarra ni la bandurria. No me puedo ir con la Tuna, pero recuerdo un soneto que escribí y recité  cuando pronuncié el Pregón de la Inmaculada en el recordado Acuartelamiento San Fernando del Regimiento de Infantería, Soria número nueve.

Da gusto presumir de sevillano
los días que Sevilla es más Sevilla.
Allí cuando, en lo místico y profano,
cordial y generosa, intensa brilla.
El pecho lo sacamos muy ufano
lo mismo cuando deja la capilla
la Virgen sobre paso soberano
que cuando se pasea una chiquilla
vestida por la Feria de gitana.
Mas cuando la ciudad está enjoyada
y luce su belleza mariana
es cuando con azules se engalana
el Día de María Inmaculada
y uno es de Sevilla y de Triana.


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